El encallamiento de un barco fluvial no es tan frecuente como en el mar, sobre todo porque el ensuciamiento del casco no es tan problemático en agua dulce. Hay poco o ningún marisco que lo colonice. Sin embargo, las hélices y los timones están expuestos a malos encuentros, y su revisión suele ser una motivación para salir del agua.
Una prueba de navegación
Antes de bajar a tierra, es importante realizar una prueba. Esta es una oportunidad para identificar cualquier debilidad en la propulsión, las vibraciones en un eje de la hélice, la falta de eficiencia en una hélice de proa o un timón imperfectamente centrado. Todos estos son síntomas que serán difíciles o imposibles de detectar en seco.

Antes de la conexión a tierra
Justo antes de que salga el agua, dale al sistema de refrigeración de tu motor una inyección de anticongelante. En seco, el agua dulce podría congelarse y dañar el sistema de refrigeración. Además, asegúrese de vaciar la sentina para evitar que el agua desequilibre la embarcación, especialmente si se utiliza una grúa para la puesta a tierra.

Lavado a alta presión
En cuanto salga del agua, utilice un limpiador de alta presión para lavar el casco. La suciedad se desprende con relativa facilidad si lo haces enseguida. Retire los guardabarros si normalmente se dejan en su lugar. Esto facilita la limpieza y evita los golpes en la cabeza al levantarse.

El árbol redondo
Una vez que la embarcación esté limpia y asegurada, realice las comprobaciones habituales. Si hay alguna sorpresa desagradable, podrá obtener las piezas necesarias sin demora. Comience con el eje de la hélice, que debe funcionar suavemente y sin puntos duros. Para comprobarlo, puede colocar un lápiz contra el timón y hacer girar la hélice, lo que facilita ver si está desviada.

Cuidado con el juego
Hay que tener cuidado de agitar el eje en todas las direcciones para comprobar si hay signos de flameo. Del mismo modo, debe comprobarse que las fijaciones de la bocina no tienen holgura. También debe comprobarse el estado de la hélice. Si una de las cuchillas está dañada, es posible repararla y equilibrarla.

Ni velado ni retorcido
El mismo procedimiento debe seguirse con el timón, que no debe aletear en el tubo del yugo. Compruebe que no hay un juego anormal en los herrajes de la orza y el bloque de la quilla. Un vistazo rápido asegurará que la pala del timón no está doblada o torcida. También se comprobará el centro de gravedad girando el timón hacia delante y hacia atrás.

El dedo en el pulso
Se retirarán las hélices para comprobar y sustituir los pasadores rotos como medida de precaución. Se comprobará, por supuesto, la presencia y el estado de los ánodos, pero también que ninguno de los cascos pasantes muestre signos de debilidad.

Secado antes de la reparación
El propio casco debe ser inspeccionado para detectar cualquier daño en el gelcoat o el poliéster. En este caso, la superficie a reparar debe prepararse sin demora, para que el secado pueda comenzar sin demora. Esto es importante para limitar el tiempo de permanencia en tierra.

Cuando todo esté reparado, debe aplicarse una generosa capa de antiincrustante al casco, centrándose en la zona de la línea de flotación. Estas son las zonas más expuestas a la luz y, por tanto, donde las algas crecen más rápidamente.