Un casco sano para navegar sin preocupaciones
Antes de pensar siquiera en la botadura, es esencial realizar un examen exhaustivo del casco. El invernaje, especialmente en tierra, puede revelar microfisuras, ampollas de ósmosis o desgaste del gelcoat. Una inspección visual puede detectar estas anomalías e intervenir antes de que empeoren.

Si su embarcación estaba seca, también es el momento de comprobar el estado de las estructuras habitables. Un antiincrustante aplicado correctamente garantiza un rendimiento óptimo y limita el ensuciamiento del casco. Los ánodos de sacrificio deben examinarse y sustituirse si están demasiado corroídos. En cuanto a los apéndices, hay que inspeccionar el timón y los timones: la ausencia de juego excesivo, el correcto funcionamiento de los mandos y el estado de los casquillos del timón son puntos que deben comprobarse antes de zarpar.

Garantizar una mecánica fiable desde el principio
Tanto si se trata de un intraborda como de un fueraborda, un motor que ha estado inmovilizado durante varios meses necesita una atención especial. El primer paso es comprobar los niveles de aceite y cambiarlo si es necesario. El filtro de aceite debe sustituirse con regularidad para garantizar el buen funcionamiento del motor. El sistema de refrigeración también merece una inspección detallada. No olvide comprobar las mangueras, purgar el intercambiador de calor y probar la bomba de agua para evitar sobrecalentamientos durante las primeras horas de navegación.

La batería es un elemento que no debe descuidarse. Una carga insuficiente o unos bornes oxidados pueden dificultar el rearranque. Comprobar la tensión y limpiar los bornes garantizará un arranque sin problemas. Por último, un examen del sistema de combustible, del filtro de decantación y de las posibles fugas evitará cualquier problema con el suministro de combustible en el mar.

Equipamiento adecuado para navegar tranquilo
No debe plantearse ninguna salida al mar sin una revisión completa del equipo de seguridad. Los chalecos salvavidas deben cumplir las normas vigentes, estar en buen estado y ser adecuados para los pasajeros a bordo. Las balsas salvavidas deben revisarse periódicamente y comprobar su fecha de caducidad.

Los extintores deben ser funcionales y fácilmente accesibles. Una comprobación visual suele bastar para identificar una presión insuficiente o un dispositivo obsoleto. El botiquín de primeros auxilios debe estar completo y actualizado con productos que no hayan caducado. En cuanto al equipo de señalización, las bengalas, bombas de humo y VHF deben estar en perfecto estado de funcionamiento para garantizar la seguridad en caso de emergencia.
Evite problemas administrativos con los documentos de a bordo
Navegar sin papeles al día es arriesgado, tanto desde el punto de vista legal como de la seguridad de sus salidas. Antes de salir, es esencial asegurarse de que la licencia y el seguro de la embarcación son válidos y cubren la zona de crucero prevista.
Los documentos de matriculación deben estar accesibles en caso de inspección, y puede ser necesario actualizar ciertas normativas específicas. Comprobar estos aspectos administrativos de antemano puede ahorrarle muchos problemas una vez en el mar.
Limpieza esencial tras el invernaje para un mayor confort a bordo
La humedad acumulada durante el invierno puede provocar la aparición de moho y malos olores en el interior del barco. Una limpieza a fondo de los camarotes, la cocina y las instalaciones sanitarias restablecerá un ambiente saludable.
Las telas y los cojines deben revisarse y, si es necesario, limpiarse o sustituirse. Los sistemas de ventilación también merecen especial atención. Una buena circulación del aire evita la condensación y mejora el confort a bordo.

Elegir el momento y la ruta adecuados
Una vez que el barco está listo, sólo queda planificar la primera salida. Lo mejor es elegir un día con condiciones meteorológicas favorables y mar relativamente tranquilo.
Un recorrido sencillo, sin grandes obstáculos y bien conocido, permite probar la embarcación en condiciones reales sin estrés innecesario. Durante esta salida, recomendamos comprobar gradualmente cada sistema: el estado de la jarcia, el comportamiento del motor, el funcionamiento de los equipos electrónicos, etc. Esta navegación de prueba permite detectar cualquier ajuste necesario antes de embarcarse en cruceros más largos.
Preparación meticulosa para una temporada de éxito
Devolver una embarcación a su estado original tras el almacenamiento invernal implica mucho más que volver a ponerla en el agua. Cada componente debe inspeccionarse a fondo para evitar averías e inconvenientes en el mar. Una preparación cuidadosa no sólo garantiza la seguridad de la tripulación, sino también el placer de navegar con total confianza.
Anticiparse a estas comprobaciones y adoptar un enfoque metódico convierte cada salida en un momento de placer, sin sorpresas desagradables. Entonces, ¿estás listo para izar las velas y aprovechar al máximo la temporada?