Una empresa familiar
Fundado en 1842 a orillas del lago Iseo, en Lombardía, el astillero Riva construía originalmente pequeñas embarcaciones de pesca. Dirigido por Pietro Riva, un joven carpintero de la época, el astillero prosperó y pronto empezó a fabricar barcos de pasajeros y para el transporte de mercancías por el lago.

Tras la Primera Guerra Mundial, el astillero abandonó el mundo de la pesca para especializarse en lanchas de competición. El pequeño astillero italiano cosechó récords y victorias en competiciones locales e internacionales. La Segunda Guerra Mundial puso fin a la producción de embarcaciones de recreo.
Carlo Riva, el visionario

Tras el final de la guerra, Carlo Riva asume la dirección del astillero familiar. A principios de la década de 1950, el joven directivo viajó a Estados Unidos. Observó de cerca los runabouts americanos en la región de los Grandes Lagos. Interesado por Chris Craft y Hacker Craft, regresó al astillero con la firme intención de lanzar sus propios modelos.

Aprovechando el auge de la posguerra en Italia, e inspirado por el éxito de sus compatriotas Enzo Ferrari y Ettore Bugatti, Carlo Riva se lanzó a la producción en serie.
Caoba y grandes motores

En 1956, Carlo Riva se asocia con el arquitecto Giorgio Barilani para continuar su pericia en la construcción en madera. Lujo, velocidad y estética eran las consignas del astillero. Carlo botó sucesivamente el Corsaro, el Ariston, el Tritone, el Sebino y el Florida.

Todos estos modelos se construían en caoba y se acababan con unas veinte capas de barniz. Al igual que sus competidores estadounidenses, Carlo Riva propulsaba sus modelos con grandes motores, preferentemente V8.

El sonido cavernoso de este noble motor, combinado con el parabrisas Cadillac y los asientos corridos de cuero blanco o turquesa, dieron al astillero una buena reputación entre la élite mediterránea.
Riva Aquarama: la leyenda

Lanzada en 1962, la Riva Aquarama es el modelo más emblemático del astillero. Con una eslora de 8 m y propulsado por un motor bimotor de entre 350 y 700 CV, es capaz de superar los 40 nudos.

De Brigitte Bardot a Jean-Paul Belmondo, sin olvidar a James Bond y Sophia Lorren, Aquarama ha seducido a muchos actores y también ha aparecido en numerosas películas.

Producido en 784 ejemplares entre 1962 y 1996, en la actualidad es muy apreciado en el mercado de segunda mano, vendiéndose a veces por cerca de 1 millón de euros.
Algunas apariciones en regatas de lanchas motoras
En el periodo de entreguerras, el astillero Riva se dio a conocer con la fabricación de pequeñas embarcaciones rápidas que ganaron varias regatas costeras.

Riva también destacó en regatas de altura, ganando la regata Londres-Mónaco en 1970. Esta regata de 2650 millas, disputada en 14 etapas, fue ganada por un Aquarama modificado, bautizado Zoom.

La bañera se ha desplazado hacia atrás para alojar un depósito de combustible más grande que aumente la autonomía necesaria para navegar por el océano. La potencia total se ha aumentado a 700 CV y se ha reforzado la estructura general. A pesar de numerosos problemas eléctricos y fugas de combustible, que lo convirtieron en una auténtica bomba flotante, el Zoom ganó esta regata de resistencia tras 14 días de navegación.
Gusto por las infraestructuras audaces

Diseñada por el propio Carlo Riva, la obra de Sernico es una obra maestra de la arquitectura. Apodada "La Plancia", que significa la pasarela, está catalogada y protegida por la Oficina del Patrimonio Italiano.

En 1959, Carlo Riva quería instalarse en Mónaco. Convenció al príncipe Renier para que excavara un túnel de 110 metros de largo bajo el palacio monegasco para almacenar y mantener las Rivas durante el invierno. Este túnel de Riva sigue en uso hoy en día y alberga más de 200 unidades.
Un punto de inflexión en la producción

En 1969, el astillero empezó a fabricar cascos de fibra de vidrio. Más fácil de trabajar, este material, utilizado por todos los astilleros, permitió a Riva hacer frente a la creciente competencia. El astillero lanza el Bahia Mar 20 day cruiser y el Sport Fisherman 25 cabin cruiser. Estos dos modelos tuvieron un gran éxito comercial, pero Carlo Riva siguió produciendo modelos de madera.

Tras producir más de 4.000 embarcaciones, Carlo Riva vendió su astillero a la empresa estadounidense Whittaker y, en 1971, nombró Director General a su cuñado Gino Gervasoni. Gervasoni abandonó el astillero en 1989, marcando el fin de la familia Riva dentro de la empresa.
La industrialización en el mercado de los yates

Adquirido por el grupo Ferretti en 2000, el astillero Riva se centró en el mercado de los yates. Aprovechando los conocimientos del grupo para desarrollar sus instalaciones de producción, Riva ha subido una marcha en la producción de grandes embarcaciones con prestaciones de gama alta. Ofreciendo una gama de opens, sportflys y flybridges de 8 a 50 metros, la producción se reparte en dos centros en Italia.
