En la categoría de aparejos antiguos, el Marité ocupa un buen lugar. Conocido por todos por haber servido de plató para una temporada del programa de televisión Thalassa el gran barco sigue navegando. Un siglo de historia se refleja en sus inmaculados costados blancos. Una breve retrospectiva de una larga vida sobre las olas.
Un barco construido para la pesca de altura
Partiendo de un casco de arenque, el armador Charles Le Borgne, de Fécamp, hizo realizar pesados trabajos para transformarla en una goleta de tres palos, bautizada con el nombre de su hija: Marité. Botado en 1923, es un barco de casi cuarenta y cinco metros de eslora y ocho de manga.
Con sus tres mástiles y dieciséis velas, estaba destinado a la pesca del bacalao en los bancos de Terranova. Participó en cinco campañas de esta pesquería tan dura y exigente para los marineros. Demasiado pequeño y rápidamente superado por los vapores, fue vendido en 1930 a un nuevo armador danés.
El Marité siguió pescando bacalao en las Islas Feroe, Islandia y Groenlandia. Después realizó misiones de transporte en el Mar del Norte, en particular para abastecer a Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.

El Marité pierde sus mástiles
Poco después de la guerra, el Marité fue vendido. Su nuevo propietario decidió transformarlo en un barco a motor y le quitó los tres mástiles. Así transformado, siguió pescando, primero arenques y luego gambas. Finalmente fue desarmado y abandonado a su suerte.
Una restauración inesperada
Cuando el Marité empezó a languidecer anclado, unos jóvenes suecos decidieron volver a comprarlo en 1978 y restaurarlo a su forma original. No fue hasta ocho años más tarde, en 1987, cuando el Marité, equipado de nuevo con sus mástiles, pudo zarpar de nuevo. A partir de entonces, dejó de ser un pesquero para convertirse en un elegante y confortable yate de crucero.

La vuelta a casa
Unos años más tarde, el Marité estaba en venta. En 2004 se creó en Francia una agrupación de interés público para comprarlo. Se convirtió en embajador de la región de Normandía en grandes acontecimientos y acogió el rodaje del programa de televisión Thalassa .

Seis años de trabajos de restauración, en Cherburgo y luego en Saint-Vaast-la-Hougue, y varios millones de euros son aún necesarios para que el Marité vuelva a estar en perfectas condiciones y a la altura de las normas nacionales e internacionales. En 2012, al final de los trabajos, regresó a Granville, su nuevo puerto de amarre. Se le ha concedido la etiqueta Bateau d'Intérêt Patrimonial.
En 2023, Marité celebrará su centenario
