Los destinos de crucero en latitudes altas, sobre todo en el Atlántico Norte, son especialmente espléndidos. Sin embargo, algunos pueden sentirse desanimados por las particularidades de estas altas latitudes. Para navegar en estas aguas frías, hay una serie de pequeños trucos para hacer la vida más cómoda. He aquí 5 para hacer más agradable la vida a bordo.
Máscara nocturna
En verano, a partir del norte de Escocia, las noches son cortas y muy claras. A partir de junio, hay poca o ninguna oscuridad en Islandia o Noruega, por ejemplo. Así que a veces es difícil conciliar el sueño con esta luz.
Muchos barcos están equipados con cortinas en los ojos de buey, que crean una relativa penumbra en los camarotes. Sin embargo, no siempre es posible crear un ambiente suficientemente oscuro para algunas personas. En este caso, el antifaz nocturno es un accesorio práctico para conciliar el sueño. Ahorra espacio y es barato, sería una pena olvidarlo cuando se es sensible a la luz.
Zapatillas de casa
Las temperaturas estivales en el Atlántico Norte siguen siendo muy moderadas. No es raro que el mercurio descienda por debajo de los diez grados por la noche, y no sube mucho más durante el día. La temperatura del agua, en cambio, ronda entre los 10 y los 15 grados.
En el interior de los barcos, los suelos suelen estar mal aislados y muy fríos. En estas condiciones, unas buenas zapatillas o unos calcetines gruesos de lana resultan muy cómodos.
Guantes impermeables
Durante la navegación, el frío y la humedad suelen hacer desagradable la tarea del timonel. Los timones metálicos están especialmente helados. Si tiene que dirigir el barco durante algún tiempo, los guantes son esenciales.
Los guantes más eficaces deben ser a la vez cálidos e impermeables. También se puede llevar un par de guantes impermeables sobre un par de guantes de abrigo. No obstante, hay que tener cuidado de conservar la destreza suficiente para realizar maniobras en caso necesario.
La bolsa de agua caliente de la abuela
No siempre es posible calentar un barco continuamente día y noche. Por motivos de ahorro energético o de seguridad, es habitual no calentar por la noche.
Para sentirte bien en tu cuna, puedes utilizar una bolsa de agua caliente, como hacían nuestros abuelos. Antes de acostarte, sólo tienes que calentar agua para beber y una bolsa de agua caliente, y deslizar esta última bajo las sábanas. Tómate tu tiempo para dar un sorbo a la bebida y ya está, la cama estará deliciosamente caliente.
La bolsa de agua caliente puede utilizarse en muchas otras ocasiones: en el foulie cuando estás de turno, en tu regazo con un buen libro, etc.
Ropa interior técnica
Por último, para que no tengas que rehacer todo tu vestuario cuando te vayas al norte, nada como unos cuantos pares de ropa interior técnica, camisetas y leggings, para ponerte debajo de tu ropa habitual. Te aportarán discretamente algunos grados de confort.
