Ensayo / Boston Whaler 220 Dauntless: el renacimiento de uno de los mejores cascos abiertos del mercado

Una nueva imagen para la gama

Históricamente, en Boston Whaler un Dauntless está diseñado para pescar. En comparación con su predecesor, la cubierta de este 22 pies se ha modificado un poco civilizado para adaptarse mejor a una tripulación familiar. El resultado es más acogedor que el modelo anterior, pero aún está lejos de los estándares actuales. El aspecto general sigue siendo sobrio, sin profusión de elementos de confort.

El modelo más pequeño de la gama, que también incluye un 25 y un 27 pies, ha recibido un casco con una V más pronunciada, de casi 18 grados. La proa se ha rediseñado para ser más puntiaguda, y tiene una silueta atractiva.

Este Boston Whaler 220 Dauntless tiene curvas y líneas un poco vintage, pero que le dan mucho encanto.

La distribución de la cubierta: funcional ante todo

El acceso a la embarcación se realiza por ambos lados. Hay una escalera de baño oculta a estribor.

Los portacañas y portavasos están integrados en la cubierta, y se puede instalar un mástil de remolque opcional.

Hay dos asientos plegables integrados en la cubierta de popa, que proporcionan un asiento bastante cómodo cuando se navega.

Al estar situados a popa, están menos sujetos a los movimientos del barco, pero siguen estando un poco expuestos a las salpicaduras. Además, tienen a mano un pasamanos robusto para desplazarse.

El respaldo del asiento del piloto se inclina hacia delante y hacia atrás, para que lo utilicen tanto el piloto como un pescador en la cabina de popa.

La consola de dirección es impresionante. La posición de conducción, tanto de pie como sentado, es excelente. Esta sensación se ve reforzada por el sólido volante de acero inoxidable, completo con pomo de dirección. A ambos lados de la instrumentación del motor pueden colocarse dos pantallas de 9 pulgadas.

El parabrisas, más redondeado que el de la versión anterior, está rematado por un sólido pasamanos alrededor.

Una cabina básica

Por la puerta de estribor se accede a una pequeña cabina. Se utilizará como zona de almacenamiento y posiblemente para un retrete químico.

En la proa, hay un espacio dedicado tanto al descanso como a la pesca. Delante de la consola de dirección hay un atractivo asiento doble, frente a una zona para tomar el sol instalada en el pique de proa. Al igual que en la parte trasera, cada pasajero tendrá siempre a mano un portacañas o un portavasos.

El pozo de anclas tiene un tamaño adecuado, pero para fondear en aguas profundas será imprescindible un motor montado en la proa.

Comportamiento impecable

Nuestra navegación de prueba tendrá lugar en un flujo del este de 15-20 nudos en la bahía de Mandelieu La Napoule. Un buen chop de un metro nos permitirá confirmar la reputación de este nuevo casco.

Nuestro espejo de popa está propulsado por un Mercury V6 que desarrolla 225 CV, con una potencia máxima de 300 CV.

Somos dos a bordo y nuestro depósito de 300 litros está medio lleno. Tras despegar en 6 segundos, pisamos a fondo el acelerador para alcanzar una velocidad de 39 nudos. La marca de 40 nudos se superará en condiciones algo más adecuadas.

Tomamos una serie de curvas cerradas a toda velocidad para intentar encontrar los límites de este casco. Nada más lejos de la realidad, y el manejo del casco de 6,7 m fue ejemplar. La escora se mantiene muy moderada en las curvas, y el paso a través de las olas es excelente.

No se sienten vibraciones en este casco totalmente espumado, desde la quilla hasta la borda. Sólo las vibraciones del bimini empañan la experiencia de navegación, con las correas emitiendo una melodía bastante desagradable.

El bloque de 225 CV es un buen compromiso. La potencia máxima de 300 CV interesará a los propietarios con un estilo de conducción deportivo o que naveguen con una tripulación numerosa.

Un presupuesto importante

Nuestro modelo de pruebas, con un Mercury V6 de 225 CV y pocas opciones, cuesta 161.000 euros, IVA incluido. La calidad de construcción y el nivel de acabado justifican este precio en el extremo superior de la gama. Un Boston Whaler requiere un presupuesto generoso. Pero por ese precio, obtendrá una embarcación que se maneja impecablemente, es segura y resistirá el paso del tiempo. Y que mantendrá su valor si alguna vez tiene que desprenderse de ella.

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