Los acantilados de la costa oeste y la bahía de Dwejra
Desde Blue Lagoon, donde pasamos la noche de nuestro segundo día en Malta, partir en el sentido de las agujas del reloj alrededor de la isla es una buena manera de coger el ritmo por la mañana, ya que se llega a la bahía de Dwejra bordeando los acantilados, navegando a vela corta siempre que se encuentre el habitual viento del noroeste. Esta parte de la isla es sorprendentemente poco frecuentada por los veleros, a pesar de que ofrece unos paisajes suntuosos: acantilados de varios cientos de metros de altura, muy rectilíneos, a los que es posible acercarse mucho, con paisajes salvajes y numerosas aves nidificantes. Tras unas 10 millas de navegación a corta distancia, llegamos a las puertas de la bahía de Dwejra, sin duda uno de los mejores fondeaderos del país. Esta cala circular está cerrada por una gran roca, que protege la mayor parte del tiempo del oleaje y el viento, y ofrece una especie de gran piscina natural donde suele haber tres o cuatro barcos. De nuevo, como en Blue Lagoon, pasando a medio camino entre la roca y la isla, se puede entrar en la laguna sin dificultad. La cala está llena de praderas de posidonia, que hay que procurar no destrozar fondeando en las zonas más ligeras del fondo arenoso, entre 5 y 10 metros de profundidad.
San Blas, Ramla Hamra: las playas de Gozo
Tras un merecido descanso en la bahía de Dwejra, seguimos rodeando la isla, pasando por el pequeño puerto pesquero de Marsalforn, que no es el fondeadero más pintoresco de la isla, aparte de que suele estar bastante revuelto. El recorrido continúa, esta vez a favor del viento, y la isla ofrece fondeaderos en las playas de la costa oeste, que también pueden aprovecharse para darse un refrescante baño. Se trata de las playas de San Blas y Ramla Hamra. Las amplias playas facilitan el fondeo, esta vez con poca posidonia, pocas rocas y un fondo marino de suave pendiente. Estos fondeaderos son más populares entre las familias maltesas que salen el fin de semana que entre los turistas que se dirigen a Comino. Así que encontrará unos cuantos barcos fondeados, a menudo poco ruidosos.
El puerto deportivo de Mgarr
Una vez pasadas las playas, continuamos nuestro recorrido en el sentido de las agujas del reloj y, tras pasar las canteras de piedra de Gozo, tomamos el canal entre Comino y Gozo para llegar a Mgarr. Aunque el personal del puerto deportivo suele ser muy acogedor, llamar con antelación para reservar un lugar donde pasar la noche nos evitará una desagradable sorpresa al final del día. La ciudad de Mgarr es bastante bonita, con calles pintorescas, restaurantes con terrazas y pequeñas embarcaciones pesqueras locales de todos los colores. Gozo es una isla más montañosa, más verde y menos poblada que Malta, pero tiene su propia identidad y los gozitanos están orgullosos de su isla, ¡y seguro que se lo dirán si tiene la oportunidad de entrar en contacto con los lugareños! Una buena cena, una buena noche en el puerto deportivo y estamos listos para partir de nuevo a lo largo de la costa sur de Malta al día siguiente, tras un completo recorrido por Gozo.
