Inicialmente considerado un patito feo por su estética poco favorecedora, el pontón ha conquistado a cientos de miles de navegantes gracias a sus evidentes ventajas. Además, el concepto ha evolucionado y la gama se ha multiplicado.
El pontón moderno viene de Minnesota
El concepto en sí se remonta a los albores de la historia y puede remontarse a las balsas primitivas. Sin embargo, la invención del moderno barco pontón tal como lo conocemos se atribuye generalmente al minnesotano Ambrose Weeres en 1951. Uniendo una cubierta de madera a dos barriles de acero, creó una embarcación llamada Empress.

Era una plataforma sencilla pero robusta, con una cubierta completamente plana, lo que facilitaba su uso para pescar. Convencido de que este concepto atraería a otros, Ambrose Weeres fundó en 1952 la Weeres Industry Corporation. Una buena idea, ya que en el primer año recibió unos cuarenta pedidos, demostrando que estaba en lo cierto. El éxito de Ambrose Weeres no tardó en atraer a otros constructores, que primero retomaron la misma idea antes de seguir evolucionando el concepto. A finales de los años 50, los barriles de acero se fueron sustituyendo por tubos de aluminio para aligerar las embarcaciones, y en los años 60, Harris FloteBote (creador de la marca Harris) empezó a instalar muebles y asientos cómodos.

Este fue realmente el comienzo del barco pontón tal y como lo conocemos hoy, ya que añada tras añada llegó con más y más equipamiento, incluyendo frigoríficos, vestuarios, bares, radios e incluso camarotes.
Triatlones en los años 80
En la década de 1980 también aparecieron modelos con un tercer tronco en el centro. Los pontones triples ofrecían más sustentación y mejor maniobrabilidad en el agua. Fue también la época en que los pontones empezaron a equiparse con motores más grandes.

Hoy en día, los pontones con 2 x 450 CV pueden superar las 70 mph (60 nudos), un concepto todavía un poco extremo, pero que demuestra que el pontón pequeño, inestable y poco hábil en el agua es cosa del pasado.