Un proyecto de fin de carrera con un pliego de condiciones exigente

Acompañado por varios profesionales del sector -Christophe Barreau, Yannick d'Armancourt, Olivier Mousselon y Frédéric Neuman-, el proyecto dirigido por Meven ha ido perfeccionando su diseño. El objetivo: combinar las prestaciones de navegación con la sencillez de construcción. Desarrollado en colaboración con Malo Huberdeau y Clovis Eyraud, el Laouen 550 presenta un casco pulcramente recortado, unos rebordes elaborados y una distribución que ofrece un cómodo espacio de vivac para dos personas a bordo.
Una carrera marcada por la pasión por la vela
Desde muy joven, Meven ha estado inmerso en la navegación familiar, en particular durante una circunnavegación del Atlántico. Su experiencia en diversos tipos de embarcaciones, desde el windsurf hasta el Open 5.70, sin olvidar la renovación de un Gib'Sea 80+ y un Half Ton, le ha proporcionado un profundo conocimiento del mundo náutico.
Aficionado a la competición, se distinguió al quedar segundo en la Spi Ouest-France y ganar la Transmanche. Al final del bachillerato, su elección estaba clara: ser arquitecto naval. Tras dudar entre Southampton y ENSTA Bretagne, optó por Brest, convencido por el entorno técnico y marítimo.
Formación que combina teoría e inmersión profesional

Como parte del curso de ingeniería mecánica en ENSTA, Meven optó por un curso en alternancia, considerándolo una forma ideal de combinar teoría y práctica. Su estancia en JPK Composites le permitió desarrollar sus capacidades de diseño y fabricación. Después de dos años intensos, seis de ellos en Cowes (Inglaterra), regresó a Francia con una visión refinada de la arquitectura naval.
Un divertido barco de día con un presupuesto ajustado

El Laouen 550 es el fruto de esta experiencia. En consulta con arquitectos navales y profesionales, el equipo trabajó en un diseño que respetara unas limitaciones precisas: una eslora máxima definida, la posibilidad de vivaquear y una construcción accesible para los aficionados.
Construido con madera contrachapada epoxi, combina ligereza y resistencia. Con un desplazamiento de 200 kg, tiene una superficie vélica de 18 m² en ceñida y 34 m² en popa. Estas características prometen sensaciones de planeo cercanas a las de un Fireball. Su diseño incorpora una cabina minimalista y formas de casco optimizadas tanto para la navegación a vela como a remo, ofreciendo a los usuarios un programa ultraversátil.

El éxito de este proyecto ilustra el ingenio y la pasión de una generación de jóvenes ingenieros, decididos a hacer la navegación más accesible y eficiente. Es una aventura que sin duda marca el inicio de una prometedora carrera en la arquitectura naval.
Al mismo tiempo, Meven prepara la salida de la próxima Mini Transat, prolongación natural de esta primera experiencia de arquitectura y vela. ¡Llamamiento a todos los socios!
