Vuelta al mar en un trimarán emblemático
Éric Loizeau participará en la Route du Rhum 2026 a bordo del trimarán Flo, conocido por haber sido timoneado por Florence Arthaud cuando ganó en 1990. El antiguo Pierre 1er, diseñado por VPLP, competirá en la categoría Rhum-Multi.

A sus más de 70 años, el navegante bretón no ve este regreso como una revancha ni como un reto de rendimiento personal. El proyecto incluye la reducción del mástil y la instalación de una nueva vela mayor, con el fin de adaptar las velas a las condiciones actuales y al objetivo de hacer el barco más fiable.
Navegación en forma de homenaje y manifiesto

Este regreso a la competición es también un homenaje a Florence Arthaud, cuya impronta deportiva y simbólica conserva el barco. El proyecto de Eric Loizeau se basa en una lógica de sobriedad y sostenibilidad:
"Reinventarnos, hacerlo mejor con menos, siendo fieles al espíritu del mar"
La participación forma parte de un programa específico de preparación física, con un entrenamiento dirigido a la parte superior del cuerpo, que se somete a una mayor tensión a bordo de un multicasco que en la montaña. La elección de un viejo barco transformado ilustra un alejamiento deliberado de las máquinas ultratecnológicas actuales.
Un proyecto estructurado en dos fases hasta 2026
El barco está actualmente alquilado a Emmanuel Le Roch (Nautic Sport). A partir de junio de 2026, tendrá su base en Brest para cinco meses de preparación técnica y navegación. El presupuesto provisional, estimado entre 500.000 y 600.000 euros, incluye una revisión completa del multicasco, la compra de material de regata y mejoras de seguridad.

Eric solicita la colaboración de agentes públicos y privados, fundaciones y patrocinadores que compartan su compromiso con el medio ambiente, la longevidad activa y la transmisión marítima. Su objetivo es implicar a los socios en un proyecto en el que la dimensión humana prime sobre el objetivo del podio.
Un palmarés repleto de historia de las regatas oceánicas
Con tres victorias en regatas transatlánticas, un récord del Atlántico en solitario (1982), la victoria en la Route du Rhum de 1982 y una vida dividida entre los mares y las cumbres, Éric Loizeau sigue siendo una figura singular en el mundo de la náutica, que ya en los años ochenta introdujo un vínculo entre el rendimiento deportivo y el compromiso con la naturaleza. Su viaje entre el océano y la montaña, ilustrado por su ascensión al Everest en 2003, inspiró la creación del Trophée Mer Montagne.