Un tándem en el mar: el trail se une a las carreras oceánicas
Navegar juntos nunca es un asunto trivial. Menos aún cuando uno lleva zapatillas de deporte más a menudo que mono de trabajo. Mathieu Blanchard, estrella emergente del ultra-trail, se embarca en su primera travesía transatlántica. Al otro lado de la cabina, Conrad Colman no es ningún novato. Fue el primer navegante que completó una Vendée Globe sin utilizar combustibles fósiles, y continúa su búsqueda de una navegación responsable: "Me gusta esta idea de intercambio. Transmito mis conocimientos de navegante y, a cambio, descubro el mundo del trail running con Mathieu. Es una aventura completa, tanto humana como deportiva" explica Conrad Colman.
Objectif Martinique: un desafío deportivo mutuo

El dúo se ha fijado una meta clara: Fort-de-France. Para Blanchard, el objetivo es llegar a la línea de salida de una carrera a pie local sin coger un avión, el 7 de diciembre de 2025. Para Colman, el reto es transmitir sus conocimientos al tiempo que descubre la otra cara de las carreras de resistencia. El barco MSIG Europe, un dinghy IMOCA, sirve de enlace entre ambos. Lejos de aspirar al podio absoluto, pretenden dejar huella en su categoría con rigor y humildad. "Estoy familiarizado con el largo esfuerzo, la resistencia al frío, la duda y la fatiga. Pero aquí estoy descubriendo un nuevo elemento. Es una aventura que me saca completamente de mi zona de confort, y precisamente por eso la estoy viviendo" dice Mathieu Blanchard.
Un velero sin combustibles fósiles: sobriedad y experiencia

Conrad Colman sigue fiel a su credo: navegar sin gasóleo, en autonomía energética. Por ello, MSIG Europe lleva a bordo paneles solares e hidrogeneradores para alimentar la navegación, los instrumentos y la vida a bordo. Una elección técnica y ética, ya probada en la Vendée Globe 2016-2017. Blanchard, acostumbrado a viajar ligero, se inscribe en esta lógica de frugalidad a bordo.
Complementariedad a bordo: compartir experiencias y transmitir conocimientos

El proyecto se basa en el intercambio constante. Blanchard aporta sus profundos conocimientos sobre el esfuerzo de larga distancia, la salud mental y la gestión del malestar. Colman comparte su experiencia oceánica, sus rutinas y su lectura del tiempo. Esta reciprocidad continuará en tierra: una vez plegada la vela, Colman cambiará sus foulies por corredores para acompañar a Blanchard por los senderos de Martinica. Es una forma práctica de llevar el concepto de dúo a su conclusión lógica.
Una aventura simbólica en una regata transatlántica siempre muy disputada
Cada año, la Transat Café L'Or, con su llegada a Martinica, atrae a patrones consagrados, aficionados ambiciosos y numerosos proyectos únicos. El proyecto de Colman y Blanchard destaca por su doble objetivo: rendimiento sin comprometer el impacto medioambiental y apertura de una disciplina a otra. Es un recordatorio de que el océano sigue siendo un lugar de encuentro, incluso cuando se trata de unir las montañas con alta mar.