El faro de San Juan del Salvamento, apodado "Faro del fin del mundo", fue construido en el extremo de la Isla de los Estados, en la Patagonia argentina. Este faro tiene una historia maravillosa y, sobre todo, un vínculo especial con Francia.
Construido por Argentina, este faro se inauguró el 25 de mayo de 1884. Se trata de una casa de madera situada a 70 m sobre el nivel del mar en un espolón rocoso. Pintada de blanco, esta casa de forma octogonal (9 m de diámetro) está coronada por una característica gran bola de zinc (1 m de diámetro). Cuando se construyó por primera vez, el faro proyectaba la luz producida por siete lámparas de aceite de colza sobre dos caras, a través de grandes lentes de Fresnel. Mal situado, fue sustituido por el faro de Ano Nuevo en 1902 y abandonado a su suerte.

Inmortalizado por Jules Vernes
En su última novela, "Le Phare du bout du monde" (El faro del fin del mundo) (1901), Jules Vernes escribió sobre este faro. Un aventurero francés, André Bronner alias "Yul", leyó el relato y decidió ir a descubrir in situ lo que quedaba del faro en 1994. Encontró las ruinas y decidió reiniciar la construcción del edificio (idéntico al original) con el objetivo de promover los intercambios culturales entre Francia y Argentina. Consiguió movilizar a las autoridades y a los constructores y en 1998, con un equipo de 10 personas, volvió a montar el edificio y a encender el faro. Desde su reconstrucción hace 20 años, alimentado por paneles solares, el haz de luz tiene un alcance de 14 millas (un destello cada 15 segundos).

Más que un faro, un hogar
Además de su función como faro, su configuración y libre acceso permiten utilizarlo como "refugio para náufragos". Ofrece alojamiento, comida y calefacción, pero no se utiliza para el turismo. De hecho, como Ile des États está protegida por su estatus de reserva natural, no está concebida para recibir personas. Los raros barcos que pasan dejan mensajes u objetos en el interior del faro.

La respuesta a Les Minimes
Tras instalarse en La Rochelle y en recuerdo de este faro (¡aunque a 12.780 km de distancia!), el mismo André Bronner consiguió erigir (esta vez sobre pilotes) un faro idéntico al de la isla de los Estados. Instalado frente a Les Minimes, delimita la meseta rocosa que bordea la playa del mismo nombre. Este nuevo faro, el último de la familia Phares de France, se puso en servicio en 2000. A diferencia del faro argentino, el faro de Minimes se ha dejado de color madera. Su luz intermitente (3 destellos cada 12 segundos) con sectores blanco y verde tiene un alcance de 8 millas para su sector blanco y de 5 millas para el sector verde.

20 años después, el faro sigue ahí
A finales de marzo de 2018, "Yul" volvió a ver "su" faro. Aunque el edificio sigue en buen estado (incluso lo han vuelto a pintar), la parte eléctrica es muy defectuosa. Las baterías están agotadas y los paneles solares están en mal estado. Hay que modernizarlo todo.