Mientras Daniela, Marvin y Tara continuaban su viaje de navegación, ellos también se vieron obligados a confinarse. En el puerto de Cádiz, aprovecharon la oportunidad para rellenar los suministros durante dos semanas y llenar los tanques con agua fresca, sin tener a bordo ningún desslinador y un bebé de 18 meses para cuidarlo. Cuando deciden finalmente dejar España para ir a Portugal antes de que las fronteras se cierren, las malas condiciones climáticas deciden otra cosa.
Si Marvin está al mando, Daniela cuida a la bebé Tara mientras controla los caprichos de su estómago. Al final, Marvin prefirió regresar para encontrar un puerto o refugiarse. Pero ante la negativa de estos últimos, es finalmente en el río Guadalquivir donde la pequeña familia echó el ancla para pasar la noche.
Por la mañana temprano, es esencial refugiarse. El clima sigue siendo malo, y los tanques de agua están vacíos. Es finalmente en Cádiz, a donde llegarán después de 3 horas de navegación, donde vivirán este confinamiento
Aunque España es uno de los países europeos más afectados por la enfermedad, Daniela estableció entonces todo un procedimiento para combatir la propagación del virus a bordo. La nave está confinada, el interior se desinfecta y se debe seguir un protocolo estricto. Lo que es probable que esté contaminado está prohibido en el interior. Para ello, la joven utiliza su imaginación para identificar los posibles objetos contaminados y limpiar los objetos con pegatinas. La ropa se limpia, los productos alimenticios se desinfectan para tratar de ser lo más seguros posible.