Un mástil no siempre vertical
Si observa los veleros desde el muelle, pronto se dará cuenta de que los mástiles de los barcos no siempre son verticales. Forman un ángulo con la vertical, llamado rastrillo, que se encuentra a popa, más a menudo cuando el rastrillo es positivo, o más raramente hacia delante en el caso de un rastrillo negativo.
Hay, por supuesto, una serie de barcos cuyos mástiles están inclinados hacia atrás varios grados por razones puramente estéticas (o de moda). Sin embargo, las consideraciones estructurales suelen estar en el origen de una búsqueda importante.

Todo comienza con el diseño de la estructura
Cuando se diseña una embarcación, se proporciona un marco para garantizar un casco consistente y fuerte. Esto significa que hay zonas que se utilizan principalmente para la impermeabilización y otras que tienen una función estructural más importante. Este es el caso de la zona que recibe el escalón del mástil, así como las que reciben los apéndices: quilla, orza, florete, timón... Se refuerzan para asumir estas fuerzas.
Equilibrio entre el casco y el centro de la vela
En función de sus apéndices y de su forma, el casco de un barco tiene un centro de deriva. Para el correcto equilibrio del buque a vela, hay que establecer una relación entre las posiciones respectivas de este centro de deriva y el centro de flotación (que es la resultante de la acción del viento sobre las velas). Dependiendo de la distancia longitudinal entre estos puntos, el comportamiento de la dirección será diferente. La búsqueda, al mover estas superficies, tiene un papel esencial en este comportamiento.
Barco de vela ardiente o suave
Se dice que un barco es fogoso cuando tiene una tendencia natural a levantarse a barlovento cuando se suelta el timón. Un barco blando hace exactamente lo contrario, se cae a sotavento si no se empuja el timón. Un buen velero, que vaya correctamente de ceñida, debe ser un poco vivo.




Ajuste de la estructura de la embarcación y colocación de las superficies de la vela y la orza
Las zonas estructurales fuertemente reforzadas pesan más que el "simple entablado", por lo que es esencial que se coloquen correctamente para lograr un buen equilibrio de pesos. Además, pueden ocupar espacio en detrimento de otras zonas que afectan a la comodidad a bordo o a la capacidad de carga.

Uno de los casos más llamativos es el del mástil. Si, por razones estructurales, no fue posible colocarlo donde debía, es posible sortear el problema instalándolo un poco más adelante o a popa. Entonces hay que jugar con la búsqueda para colocar el centro de la vela en concordancia con el centro de la orza, ligeramente por detrás de ésta.
Si el mástil está retrasado, se añade una búsqueda negativa para desplazar el centro de la vela hacia delante. Si el mástil está adelantado, se añade una búsqueda positiva para desplazar el centro de la vela hacia atrás.

Utilizar la búsqueda para fijar el aparejo
Antiguamente (pero no hace tanto), los constructores de veleros no disponían de los medios técnicos actuales para ajustar las velas y los aparejos. Así, los mástiles se rastrillaron para facilitar la tensión del estay en los puntos de vela cercanos al viento. Cuando los largueros eran pesados (de madera maciza), tenía sentido.

Mientras que darle a un mástil de carbono una búsqueda para mejorar la tensión del estay sería un poco descabellado...
Actualmente, la tendencia es dotar a los mástiles de una verticalidad algo austera, pero razonablemente eficaz. Esto es simplemente para obtener el viento fresco lo más alto posible. El aficionado a los cruceros se complace en ignorar las escasas ventajas que se obtienen al "trabajar" en la búsqueda de su chispa principal.
Optimizar su velero ajustando la búsqueda
Sin embargo, puede utilizar el Quest para ajustar el equilibrio a vela de cualquier barco cuando sea necesario. En un barco flojo, se puede aumentar el rastrillo de popa para mejorar la ceñida. Es mucho más eficiente "retener" a un barco que sólo quiere ir de ceñida que forzar a un barco que sólo sabe masacrar... Especialmente cuando se navega con poco tiempo.

Esta práctica sutil pero muy acrobática sigue siendo muy utilizada por los corredores. Los mejores navegantes encuentran una forma de recuperar unas centésimas de nudo en la ceñida. Y también les permite retrasar el inevitable oreo (o la bajada del viento) bajo el spinnaker en la brisa.
