Muchos dispositivos marinos tienen ahora funciones conectadas, ya sea la gestión de la energía, los dispositivos de confort o la electrónica de navegación. Así, es posible interactuar con estos dispositivos desde un simple smartphone o incluso un reloj dedicado. Los fabricantes van ahora un paso más allá ofreciendo sistemas de gestión y control.
Un intercambio de datos
Estos sistemas constan de una caja que recoge la información y a la que se conectan los sensores necesarios: presencia de agua, parámetros del motor y de la batería, intrusión, detección de golpes, alojamientoâeuros¦ una antena GPS garantiza la localización y una unidad GPRS asegura los intercambios de datos. Funciona en transmisión y recepción, lo que significa que además de recibir datos, es posible controlar a distancia la activación de un dispositivo: proyector, bomba, cámara u otro.
Una cuestión de confianza
Inicialmente, este sistema se desarrolló para facilitar los intercambios entre los profesionales y sus clientes. La idea era que el técnico tuviera todo el historial del barco y pudiera localizarlo fácilmente si tenía que intervenir. Por otra parte, con el pretexto de facilitar el mantenimiento de su embarcación, el cliente se convierte en cautivo del profesional en cuestión y le ofrece una apertura sobre sus datos personales: uso de la embarcación, lugares frecuentados, fechas y frecuencia de las salidas, etc.
Una solución muy adecuada para las empresas de alquiler
Estos sistemas permiten a las empresas de alquiler gestionar eficazmente su flota y su mantenimiento. El técnico es alertado directamente de cualquier avería y siempre sabe dónde está el barco. Los equipos que utilizan este sistema destacan que contribuye a una relación más pacífica con sus clientes. La presencia de sensores ayudaría a que el cliente fuera más respetuoso con el equipo que se le confía El gestor de la flota también puede controlar la coherencia de la información y asegurarse de que un barco no se está utilizando de forma inadecuada...
¿Y para uso privado?
Un propietario que vive lejos estará sin duda tranquilo al controlar los parámetros de su embarcación dejada en un pantalán. En su pantalla, podrá comprobar el estado de sus baterías, un posible aumento de la temperatura o la presencia de agua en la bodega, o incluso detectar una intrusión. La historia del sistema puede ser un factor de cohesión entre los copropietarios en caso de uso compartido. Puede ser una forma de asignar los costes de funcionamiento del barco en proporción al uso real de cada uno.
Para aprovechar esta tecnología, hay que pagar unos 700,00 euros para instalar la caja y contratar una suscripción mensual a partir de 12,00 euros.
Es difícil no pensar en la cantidad de datos recogidos que permitirían analizar nuestros hábitos de navegación, nuestros lugares de paso e incluso nuestros excesos. Pero, ¿podemos jugar al juego de la modestia indignada, cuando con nuestros teléfonos inteligentes y otros objetos conectados, estamos abriendo bulevares cotidianos a intrusiones que de otro modo serían invasivas?
