Los héroes de la infancia de Simon Curwen fueron Francis Chichester y Robin Knox-Johnston. Sólo tenía ocho años cuando Robin Knox-Johnston regresó de su circunnavegación en solitario. Su pasión por el mar y los viajes nunca le abandonó, y durante mucho tiempo compitió en lanchas neumáticas en la costa sur de Inglaterra. A continuación, ganó la Fastnet y quedó segundo en la Mini Transat de 2001, por detrás del joven Yannick Bestaven, futuro ganador de la Vendée Globe, y por delante de algunos de los futuros grandes nombres de las regatas oceánicas.
Una pasión que resiste el paso del tiempo
A la edad de 62 años, Simon Curwen decidió que había llegado el momento de perseguir su sueño de dar la vuelta al mundo de la misma manera que lo había hecho en los cuentos marinos de su infancia. Para ello, adquirió Clara, un Biscay 36 diseñado por Alan Hill y construido en 1976, a unos cientos de metros de su casa británica.

Excelente conocimiento del barco
Simon Curwen no se queda atrás Cuando lanza un proyecto, lo hace a conciencia y no descuida ninguna fase de la preparación. Para empezar, navega con su nueva embarcación y sólo después del periodo de calificación de 2.000 millas emprende una reparación a fondo del barco en el astillero Nath Yachting de Hennebont.


Una profunda remodelación
Se necesitaron ocho meses de trabajo para convertir este barco de crucero en una unidad capaz de enfrentarse a los mares del sur:
- El armario del ancla desaparece en favor de una caja de choque
- Los varangues y los cadenotes están fuertemente reforzados
- El mástil se sustituye así como toda la jarcia
- Este balandro se regenera en un cúter mediante la adición de un segundo estay de proa
- El volante se sustituye por un timón
- Se instala un control de la velocidad del viento
- Los armarios de la bañera están sellados
- El descenso recibe un sólido capote

Cerrando el círculo, pero a la carrera
Nuestro hombre es amable y sonriente. Desde hace mucho tiempo, este tema de Su Graciosa Majestad tiene un punto de apoyo en Bretaña. Además de sus actividades "serias", dirige un pequeño negocio de alquiler de barcos fluviales en el Blavet con su esposa Clare. Con la misma tranquilidad que si hablara de cortar el césped, evoca su primer reto, que es cerrar el círculo.

Pero no se equivoquen, Simon no es menos competidor que un consumado navegante. Su podio en la Mini Transat habla por sí mismo, y su barco está preparado hasta el último detalle. ¡Bien podría ser la comidilla de la ciudad en tres cabos y unos meses en el mar!