El ascensor de Fontinettes: una antigua joya industrial abierta al público

Testigo del apogeo del tráfico fluvial y marítimo, el ascensor de barcos de Fontinettes, en el municipio de Arques, fue en su día una proeza tecnológica. Restaurado hasta 2023, ahora está abierto al público. He aquí la historia y la evolución de este monumento histórico.

El elevador de barcos de Fontinettes, situado en la comuna de Arques, fue un importante testigo de los prósperos años del tráfico fluvial-marítimo, representando un notable avance tecnológico en su época. Tras su restauración, finalizada en 2023, ahora está abierto al público.

Un poco de historia

Desde la Edad Media, el río Aa sirve de enlace entre Gravelines y Saint-Omer. La ruta del canal pasa por la ciudad de Arques, donde hay que superar una colina de 13 metros de altura para llegar al valle del Aa. Al principio, se instaló una serie de esclusas con 5 cámaras superpuestas, pero a medida que aumentaba el tráfico, se hicieron habituales los tiempos de espera de 5 a 6 días, que a veces bloqueaban un centenar de barcos.

Para remediar esta situación, se decidió construir un elevador de barcos. En 1878 se envió una misión a Inglaterra para estudiar la instalación de Anderton, que se había terminado tres años antes. Se pidió a su diseñador, el ingeniero Edwin Clark, que reprodujera una máquina similar, en colaboración con el ingeniero Bertin. El proyecto se llevó a cabo entre 1883 y 1887, y al año siguiente se puso en servicio el elevador de barcos de Fontinettes.

Arquímedes, o la balanza de dos pistones

El ascensor consta de dos dársenas metálicas de calibre Freycinet, de 39,5 metros de largo, 5,6 metros de ancho y 2,4 metros de alto, diseñadas cada una para albergar una barcaza. Una de las dársenas es para el canal superior, mientras que la otra es para el canal inferior. Cada dársena descansa sobre un pistón de 15 metros de largo y 2 metros de diámetro, sumergido en un cilindro lleno de agua a presión. Estos dos pistones están conectados por una red de válvulas.

A medida que se introduce más agua en el cajón superior, éste se vuelve más pesado que el cajón inferior, lo que hace que se hunda y empuja el agua hacia el cilindro. Cuando se abre la válvula, el agua fluye hacia el segundo cilindro, empujando el pistón que eleva el otro cajón. La cabina de control está situada en la parte superior de la torre central.

Al final de los cajones se utilizan pórticos metálicos para cerrar sus puertas y las de los canales. Un sistema de bolsas de goma infladas con aire comprimido garantiza la estanqueidad del cajón. La elevación tardó 1 hora y 15 minutos en completarse, mientras que las barcazas se maniobraron en unos veinte minutos. Un equipo de 6 personas se encargó del funcionamiento diario de esta estructura de ingeniería.

Casi 1 siglo de movimiento

En 1958 se modificó el gálibo del canal para adaptarlo al mayor tonelaje de las barcazas. Se construyó una nueva esclusa para compensar el desnivel y permitir el paso de 8 barcazas por hora. Como consecuencia, en 1967 se clausuró la instalación y se bloqueó con hormigón vertido en los pistones.

El elevador de barcos está considerado uno de los grandes logros de la era industrial en Francia. Fue declarado Monumento Histórico en 2014 y se sometió a una restauración que finalizó en 2023. Abierto al público, se ofrecen visitas guiadas de marzo a octubre.

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