Filosofía del Océano, de Roberto Casati: ¿Cómo habitar el mar y tu barco?

Cuando el mar y la navegación sirven para reflexionar sobre la convivencia y el medio ambiente. Un pensamiento filosófico inspirado en el ensayo de Roberto Casati publicado en 2022.

En su libro Filosofía del océano publicado en 2022, Roberto Casati explora la noción de "habitar". Ya que no se puede vivir en el mar... ¿qué significa habitarlo? ¿Y qué puede aportar esta reflexión a nuestra forma de entender y proteger el mar? Este libro es una reflexión filosófica sobre el mar y sus límites. ¿Tiene límites? ¿Cómo se establecen sus fronteras? ¿Qué es la estabilidad? ¿Se puede experimentar dos veces lo mismo en el mar? ¿Conocemos realmente el mar? ¿Cuándo podemos decir que conocemos realmente el mar, o cualquier cosa? ¿No nos depara siempre sorpresas el mar? Este libro podría incluso complementar los cursos de vela existentes.

Robert Casati es marino y filósofo, ¡y se nota en este libro!

El barco como forma de vivir y habitar el mar, pero no sólo eso

Roberto Casati ve el barco como la única forma de vivir en el mar y la única forma de vivir en él "convertirse en ciudadano adoptivo del mar . Lleva esta idea un paso más allá cuando afirma que todo el mundo debería ser ciudadano del mar y/o de los océanos. De hecho, más adelante en su libro, el autor expresa su opinión de que ésta sería una forma a largo plazo de lograr un mayor respeto por este entorno. Generaría un nuevo sentido de la responsabilidad, un nuevo enfoque que sensibilizaría y, a su vez, conduciría a un mayor respeto.

Vivir en un barco es, para él, muy inspirador en comparación con los modelos de consumo contemporáneos. De hecho, destaca cómo, en un barco, la reutilización -un objeto puede tener varios usos, satisfaciendo diferentes necesidades- y la redundancia -tener ciertos elementos por duplicado y ajustados a las necesidades específicas del barco en caso de que uno se rompa- están a la orden del día. Para él, navegar es una forma de superar los usos únicos y el consumo desenfrenado, al tiempo que permite desestandarizar las prácticas. Además, vivir en un barco nos devuelve a vivir con lo esencial: los objetos superfluos estorban, simplemente no pertenecen. Esta realidad nos lleva a reflexionar sobre lo que es esencial para nosotros, lo que es superfluo y, en definitiva, nuestra relación con el consumo. También vuelve a poner en el centro la noción de supervivencia individual y colectiva.

En torno a la noción de vivir, algunos pasajes recuerdan a un manual de navegación centrado en las personas y la convivencia: ¿Cómo es navegar, qué cosas hay que tener en cuenta? ¿Qué tiene de diferente la vida en tierra?

Esto nos lleva a reflexionar sobre las relaciones humanas y la forma en que se establecen a bordo: la organización, los roles, las normas, la gestión de la comida, el tiempo y nuestra relación con el tiempo... Así que no se trata sólo de saber navegar, de cómo llegar del punto A al punto B, se trata de obtener las claves de cómo vivir mientras se navega. ¿Cómo habitar el barco mientras navega? Es esta narrativa la que, al oponerse o poner de relieve la vida en tierra, nos lleva a reflexionar sobre ello.

El mar como recurso: la vela como medio de sensibilización

Navegar también significa pensar en el mar. Y cuando pensamos en el mar, no podemos evitar pensar en el mar, en el océano, como un recurso. Monetizar el mar. Monetizar zonas del mar. El mar se ha monetizado en función de los recursos que puede proporcionar. Para Roberto Casati, es importante observar y reflexionar sobre la forma en que utilizamos el mar. La forma en que vivimos con él y lo consideramos. Es importante "Repensar el mar, [...] desinvisibilizarlo" .

La invisibilización del mar ha permitido que pase de ser un bien común a un mercancía, expoliable, recurso infinito . Esta observación nos hace reflexionar sobre nuestra forma de ver la naturaleza, los seres vivos y nuestra relación con ellos.

"Ver que el mar no es sólo agua, es vida, en todas partes, en todo momento, sólo hay que tocarlo". Aquí, el autor se refiere a la luminiscencia que aparece al tocar el mar por la noche, y el plancton luminoso y vivo se hace visible. Para él, la navegación es una forma de devolver al mar su verdadera dimensión y realidad. Para que esto sea posible, cree que tiene que haber un desplazamiento "del pensamiento a la percepción, comprender un fenómeno" .. En otras palabras, detenerse, observar y sentir lo que ocurre a nuestro alrededor, en el entorno que nos rodea. Aquí encontramos el argumento de Corinne Morel de que para cambiar nuestra percepción del universo con el fin de protegerlo, necesitamos haber sido afectados por él.

En un esfuerzo de concienciación, este cambio significa que, en cierto modo, las explicaciones dadas cobran vida y, en consecuencia, adquieren más sentido.

El entorno marítimo como fuente de observación y cuestionamiento filosófico

Como señala el autor, gracias al contacto con la naturaleza, a los periodos de tiempo libre para la acción, a los periodos de acción única que requieren tal concentración que no dejan ni tiempo ni espacio para pensar en otra cosa, la navegación propicia el desarrollo del pensamiento y el cuestionamiento. Es más, cuando navegamos, también podemos tener que preguntarnos si lo que vemos o percibimos es cierto, si realmente es lo que creemos que es o si se trata de una ilusión óptica o sensorial. Estas situaciones pueden llevarnos a plantearnos las siguientes preguntas: ¿Qué sabemos? ¿Y qué no sabemos? ¿Cómo construimos el conocimiento? ¿Cómo podemos estar seguros? Como sugiere Roberto Casati, navegar por el mar nos lleva, consciente o inconscientemente, a plantearnos toda una serie de preguntas.

"El mar es el elemento y el lugar de la duda" y, por tanto, terreno fértil para la filosofía.

Concluimos con esta cita de Roberto Casati: "El mar exige una profunda transformación de nosotros mismos, que implica la exploración y al final del viaje un nuevo conocimiento de nosotros mismos"

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