Punto de vista / Adoptar la propulsión eléctrica para una embarcación auxiliar: ¿una opción lógica o una moda ecológica?

Los fuerabordas eléctricos son menos comunes que los motores de combustión

En un momento de transición energética y de prohibición de los motores de combustión interna de ciclo de dos tiempos, que no siempre se respeta, la solución de equipar su ténder con un motor eléctrico parece lógica. Y sin embargo...

Al comprar una embarcación auxiliar, hay que elegir un motor para ella

Viajar con una lancha motora eléctrica proporciona un nivel de comodidad y satisfacción difícil de imaginar hasta que no se experimenta por uno mismo. Pero no es fácil dar el paso, sobre todo porque todavía son pocos los navegantes que se han aventurado en este campo.

Los beneficios de la energía eléctrica son reales y están demostrados

Sin embargo, incluso antes de probarlo, cualquier navegante puede adivinar los nuevos placeres que le esperan si elige un motor eléctrico:

  • mayor flexibilidad en las maniobras de atraque
  • un nivel de ruido muy bajo, que le permite mantener una conversación y percibir mejor lo que ocurre a su alrededor
  • sin contaminación: sin humo, sin marcas iridiscentes en el agua
  • sin costes de mantenimiento

Pero las desventajas tampoco son despreciables...

El principal obstáculo para adoptar un motor eléctrico es, sin duda, el coste inicial. Cuando se trata de sustituir un viejo motor de combustión interna, o de equipar un nuevo anexo, no se puede negar que, para las mismas prestaciones, la inversión será mucho más elevada en el caso de la solución eléctrica. Sin embargo, hay un hecho indiscutible que justifica elegir la opción "limpia" sin arruinarse.

Responder al programa

Una embarcación auxiliar, al igual que el barco que la transporta, debe corresponder a un programa. Tomaré el ejemplo común de un crucero equipado con una embarcación auxiliar. Su función principal es permitir a la tripulación desembarcar cuando el barco está anclado en una bahía protegida para hacer escala.

El sentido común en el mar y la normativa vigente establecen los parámetros de uso de las embarcaciones neumáticas. En la mayoría de los casos, los desplazamientos en lancha neumática en una zona frecuentada por otros usuarios se limitan a una velocidad de entre 3 y 5 nudos. Para alcanzar este objetivo muy razonable, una embarcación de 3 metros con 4 personas a bordo necesitará una potencia de unos 1,5 kilovatios, equivalente a 3 caballos. En este caso, la combinación de motor eléctrico y batería costará entre 2,5 y 3 veces el precio de un motor de combustión interna de 4 tiempos.

Pensar en términos de uso

Pero el resultado económico se invierte tras unos meses de uso. Siempre que el barco esté equipado con un panel solar o una turbina eólica, el motor eléctrico dejará de generar gastos y contaminación. Ni siquiera mencionaré la contaminación generada por la fabricación de la batería. Las cosas van tan deprisa en este terreno que es prácticamente imposible sacar conclusiones por el momento. Al mismo tiempo, el motor de combustión habrá tenido que abastecerse de gasolina, aceite, bujías e impulsores. Por término medio, tras dos o tres años de uso, el motor eléctrico será más barato que el motor de combustión interna. Y durante ese tiempo, no habrá emitido CO2, ni ruido, ni ondas destructoras...

Algunos matices sobre la alta potencia

A mayor potencia, la situación es menos favorable a la energía eléctrica. Por supuesto, quien crea que necesita quince caballos o más en su tierna será más reacio a cambiar a un motor no contaminante. Pero esto es puramente una cuestión de presupuesto, porque técnicamente está todo disponible para ello. Instale un motor eléctrico de quince kilovatios en una embarcación auxiliar/catamarán de 3,5 m equipada con la hélice adecuada y se acercará a los 30 nudos... Pero ese es otro tema, y no tiene nada que ver con el uso del esquife del navegante ordinario .

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