Cree su espacio personal
En primer lugar, debe ir a www.recyclermonbateau.fr . Deberá crear un espacio personal para introducir toda la información pertinente y seguir el progreso de su solicitud.

Se le pedirán los siguientes datos y documentos: identidad del solicitante y del propietario, formulario de solicitud de desguace, documento de registro del buque, justificante de domicilio, etc.

A continuación, tendrá que elegir uno de los centros homologados por APER autorizados para recibir su embarcación al final de su vida útil. La forma más sencilla de hacerlo es elegir el centro más cercano al lugar donde tiene almacenada su embarcación.
Preparar su barco para el viaje final
La tramitación de un expediente de este tipo tarda varias semanas. A continuación, recibirá la confirmación del centro de desguace, con el que concertará una cita para entregar la embarcación en el lugar. Como el transporte corre a su cargo, es imprescindible que concierte esta cita para evitar tener que acudir varias veces.

La embarcación debe estar limpia de materiales peligrosos, como pirotecnia, botellas de gas o equipos peligrosos. También debe purgarse de fluidos y combustibles, así como de cualquier bote de antiincrustante que haya a bordo.
Por último, no puede empezar a desmontar ciertas partes de su barco. Debe llegar al centro con cierta integridad física. En resumen, puedes desmontar una cornamusa, pero no debes empezar a cortar la proa para convertirla en una mesita de café.

Una vez que el centro de desguace se hace cargo de ellos, los residuos se canalizan por la vía adecuada, es decir, recuperación, reciclado o vertedero.
Un procedimiento que están asumiendo algunos profesionales
APER se encargará de tramitar la baja en el registro y el abanderamiento ante Asuntos Marítimos. A continuación, recibirá los certificados de desabanderamiento que deberá enviar a su aseguradora o a la autoridad portuaria para justificar el desguace de su embarcación.
Aunque la creación del expediente no es complicada, los intercambios y la organización entre el transportista y el centro de destrucción pueden ser más complejos. Algunos profesionales de la demolición se encargan de este tipo de expedientes. Por una tarifa razonable, pueden evitar las inevitables molestias asociadas a este tipo de operaciones, a las que el navegante medio no está acostumbrado.
