El Centro de Reciclaje Marítimo de Le Croisic: dar una segunda vida al material náutico

Fundado en 2023, un lugar atípico se ha forjado una excelente reputación en Le Croisic, Loira-Atlántico. Se trata de la Recyclerie Maritime, un lugar como ningún otro, dedicado a la recuperación, transformación y reciclaje de material náutico usado. En un ambiente cordial y comprometido, la iniciativa de cuatro amigos de la zona y dirigida por Julien Carlier y su equipo encarna otra forma de ver la náutica: más circular, más local y más responsable.

Un tercer lugar al servicio de la costa

Ubicada en un local municipal alquilado a la ciudad de Le Croisic, la Recyclerie Maritime se ha propuesto luchar contra el abandono del material náutico y prolongar su uso. Embarcaciones al final de su vida útil, velas, tablas, trajes de neopreno, accesorios, electrónica... todo lo que tiene que ver con la náutica encuentra aquí una nueva vida.

La idea es simple pero eficaz: recoger, clasificar, reparar, transformar o revender. Las piezas reutilizables se venden en una tienda solidaria; las que ya no se pueden navegar se convierten en objetos cotidianos -bolsas hechas con alas de cometa, bolsas de neopreno, lámparas hechas con cartas náuticas- o incluso mobiliario urbano hecho con cascos, con una fuerte dimensión integradora para La Recyclerie Maritime, que trabaja con varios ESAT (Etablissements ou Services d'Aide par le Travail, comúnmente llamados todavía "centros de ayuda para el trabajo" o CAT) de la región.

Sensibilizar mediante la acción y la creatividad

Además de reciclar, la Recyclerie es también un lugar de intercambio de conocimientos y sensibilización. Conferencias, conciertos, talleres de reparación, limpiezas de playas "ProtègeTaPlage" y proyectos educativos con colegios e institutos de la región enriquecen la vida del centro. La idea es conocer mejor el litoral para poder protegerlo mejor, y hacerlo en un ambiente cálido e integrador.

Con el apoyo de organizaciones como la Fondation de la Mer y Nautihub, la asociación está desarrollando una cabina de corte respetuosa con el medio ambiente para el tratamiento limpio de cascos compuestos, un material no reciclable pero extremadamente robusto. Una tecnología de filtración por decantación permite realizar el trabajo sin liberar partículas nocivas al medio ambiente. El objetivo es fabricar mobiliario urbano y de jardín con materiales diseñados para resistir a la intemperie.

Una iniciativa nacida del choque ecológico

Julien Carlier, fundador y marino apasionado, explica que el vertido de petróleo del Erika en 1999 le dejó una profunda huella. Desde entonces, aboga por un enfoque diferente de nuestra relación con el mar. Con sus amigos de la infancia âeuros Camille Chevalier, Alexandre Lamarthe y Germain L'Hermitte âeuros, ha reunido a voluntarios y socios para dar vida a este proyecto, inspirado tanto en los terceros lugares urbanos como en los mercadillos náuticos.

La Recyclerie también tiene un objetivo social: en colaboración con las IME, las ESAT y las asociaciones locales, integra en sus talleres a personas con discapacidad o en programas de integración social, sobre todo en los sectores textil y artesanal.

Una ambición nacional a largo plazo

Ya es todo un éxito. En pocos meses, la Recyclerie ha recogido más de 40 embarcaciones, 300 piezas de herrajes de cubierta, una treintena de velas y cientos de otros artículos náuticos, por un total de unas 12,5 toneladas. El taller funciona a toda máquina y los proyectos se multiplican: podcasts, conferencias, colaboraciones con el sector de la energía eólica, desarrollo de un sector de reutilización de materiales compuestos y, por qué no mañana, una red de centros de reciclaje marítimo a lo largo de toda la costa francesa.

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