La IMOCA introduce una norma para reducir el impacto medioambiental de la construcción de barcos

A partir de ahora, las reglas de medición de la Clase IMOCA incluirán nociones medioambientales. Al elaborar una regla destinada a reducir el impacto medioambiental, limitando las emisiones durante la construcción de los barcos, la Clase IMOCA avanza en este ámbito sin esperar decisiones del exterior.

La Clase IMOCA ha dado un paso decisivo al integrar una nueva regla medioambiental en sus normas de construcción. Adoptada en la Asamblea General de Lorient el 19 de abril de 2024, esta iniciativa exige que todos los nuevos barcos IMOCA construidos entre 2025 y 2028 reduzcan su impacto de gases de efecto invernadero (GWP) en un 15%. Esta iniciativa, sin precedentes en el mundo de las regatas oceánicas, subraya un profundo compromiso con la sostenibilidad, marcando un paso adelante para la clase y para toda la industria de la vela.

Impacto de los materiales y las innovaciones tecnológicas

El análisis del impacto medioambiental se basa en estudios en profundidad, en particular 12 Análisis del Ciclo de Vida (ACV) realizados sobre las construcciones de 2021 a 2024. Estos análisis han identificado los principales contribuyentes a las emisiones: moldes (44%), láminas (13%) y estructura del barco (32%). En respuesta, la herramienta de ecodiseño desarrollada por IMOCA permite a arquitectos y constructores simular diferentes escenarios para optimizar el uso de materiales. Entre los cambios más significativos figuran la reducción de la fibra de carbono en los moldes, la minimización de los residuos en la fabricación de foils y la adopción del carbono estándar para los cascos.

Impacto en la competitividad y la industria

La introducción de estas limitaciones medioambientales no va en detrimento del rendimiento. Los actores de la clase IMOCA, como arquitectos y diseñadores, confían en su capacidad de innovación para mantener la competitividad de sus barcos. Esta regla también podría tener una influencia positiva en los costes de construcción, gracias a un uso más juicioso de los recursos. En caso de incumplimiento, podrían imponerse sanciones como la limitación del número de foils que pueden utilizarse o de la renovación de las velas.

Esta iniciativa de la IMOCA está llamada a evolucionar más allá de 2028, con el objetivo de reducir aún más las emisiones. Este proyecto es un ejemplo de cómo los protagonistas de la vela pueden tomar en sus manos los retos medioambientales, sin esperar a las directivas gubernamentales. El compromiso de IMOCA con la sostenibilidad no es sólo un paso adelante para la propia clase, sino también un modelo potencial para otros sectores de la industria marítima.

(Fuente: comunicado de prensa)

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