El pecio del Quest, un descubrimiento histórico
El 12 de junio de 2024, la Real Sociedad Geográfica Canadiense (RCGS) anunció un importante descubrimiento. Los restos del Quest, el último barco utilizado para explorador Ernest Shackleton fue localizado en el mar del Labrador, a 390 metros de profundidad, frente a las costas de Terranova. Este hallazgo, realizado en el marco de la expedición Shackleton Quest, coincide con el 150 aniversario del nacimiento de Shackleton.
Una misión internacional
La expedición, dirigida por John Geiger, Director General de RCGS, reunió a un equipo internacional de oceanógrafos, historiadores, buceadores y especialistas en tecnología subacuática. El famoso cazador de pecios David Mearns, director de la investigación, desempeñó un papel clave en esta misión. Antoine Normandin, ayudante de Mearns e investigador principal, ayudó a cruzar cuadernos de bitácora históricos y cartas náuticas de la época con datos modernos para determinar la ubicación probable del pecio.
El descubrimiento del pecio, que se produjo 150 años después del nacimiento de Shackleton, tuvo lugar cinco días después del inicio de la expedición en el Atlántico noroccidental gracias a un equipo de sonar operado por expertos del Instituto de Pesca y el Mar de la Universidad Memorial, líder en investigación oceanográfica.

El Quest, un buque emblemático
Construido en Noruega en 1917 con el nombre de Foca 1, el Quest fue rebautizado por Lady Emily Shackleton antes de convertirse en el último buque de expedición de Ernest Shackleton. Shackleton murió de un ataque al corazón a bordo del Quest el 5 de enero de 1922, frente a la isla Georgia del Sur, durante su cuarta expedición a la Antártida. Cuando murió, Shackleton tenía 47 años y estaba en medio de un viaje para explorar varias islas y regiones del continente antártico. Shackleton fue uno de los exploradores polares más renombrados del mundo y dirigió varias expediciones a la Antártida, entre ellas la famosa Expedición Imperial Transantártica a bordo del Endurance .
Tras la muerte de Shackleton, Quest fue adquirida por una empresa noruega y participó en una serie de expediciones importantes, entre ellas la Expedición Aérea de la Ruta Ártica Británica de 1930-31, dirigida por el explorador británico Gino Watkins. También él murió trágicamente a los 25 años mientras exploraba Groenlandia.
El buque se utilizó después en diversas expediciones, incluidas misiones de rescate en el Ártico, y sirvió en la Marina Real Canadiense durante la Segunda Guerra Mundial, antes de reanudar su actividad como buque de foca. En 1962, el Quest fue dañado por el hielo y se hundió en aguas profundas frente a la costa de Terranova. Todos los miembros de la tripulación noruega sobrevivieron.

Reconstrucción del legado físico de Shackleton
La confirmación del descubrimiento por David Mearns se basa en imágenes de sonar de alta resolución, que corresponden exactamente a las dimensiones y características estructurales conocidas del Quest. Este descubrimiento es el último gran capítulo del legado de Shackleton. Su nieta, Alexandra Shackleton, copatrocinadora de la expedición, expresó su alegría al ver este sueño hecho realidad.

Un patrimonio cultural e histórico
En la expedición Shackleton Quest también participaron representantes de la Primera Nación Miawpukek, lo que subraya la importancia de la colaboración y el respeto por los territorios indígenas. El jefe Mi'sel Joe, colíder de la expedición, compartió sus conocimientos locales para ayudar a planificar la misión.
El impacto del descubrimiento
El redescubrimiento del Quest por la RCGS, con el apoyo de varias instituciones y donantes, es un gran logro para la comunidad de exploradores y amantes de la historia polar. Martin Brooks, Director General de la British Shackleton Company, afirma que el descubrimiento añade un nuevo capítulo a la historia de Ernest Shackleton y a la época heroica de la exploración polar.