En 1629, el Batavia, un barco fletado por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales con la misión de llegar a Batavia (actual Yakarta), encalló en un arrecife frente a Australia tras un motín frustrado . Mientras el comandante Pelsaert se marchaba en busca de ayuda, el boticario Jeronimus Cornelisz, ayudado por su cómplice Ariaen Jacobsz, se hizo con el control de los supervivientes y orquestó una masacre. Esta tragedia, olvidada durante siglos, resurgió en 1963 con el descubrimiento del pecio, que dio lugar a importantes excavaciones en el yacimiento de la isla Beacon.
Un proceso de conservación en profundidad
Entre 1970 y 1974, bajo la supervisión de Jeremy Green, del Museo de Australia Occidental, se recuperaron varios objetos del pecio del Batavia, entre ellos un cañón, un ancla y diversos objetos, así como vigas situadas a babor de la popa. Fueron conservados por los laboratorios del museo bajo la dirección sucesiva de Colin Pearson, Neil North, Ian MacLeod, Ian Godfrey y Vicki Richards. Para facilitar su seguimiento y tratamiento, las vigas del casco se instalaron sobre una estructura de acero diseñada y montada por Geoff Kimpton, miembro del equipo de Green. Este sistema, complementado con un arco de piedra también levantado del lecho marino, permitió extraer cada pieza de forma independiente, sin alterar el equilibrio del conjunto. Los restos de la popa del Batavia se exponen ahora de forma permanente en el Museo de Australia Occidental, en Fremantle.



Una réplica fiel de los Países Bajos
Al mismo tiempo, el astillero Bataviawerf de Lelystad (Países Bajos) ha emprendido la reconstrucción completa del Batavia. Iniciado en 1985 por el maestro de obras Willem Vos, este proyecto ha movilizado a cientos de jóvenes artesanos para devolverlo a la vida.

Gracias al uso de técnicas y materiales de época, se tardó 10 años en terminar este barco utilizando técnicas, herramientas y materiales tradicionales. Se utilizaron documentos históricos, pinturas y especificaciones del barco como base para construir una réplica lo más fiel posible del Batavia. Sin embargo, algunos detalles, como la distribución interior del barco, seguían siendo desconocidos.


El Batavia fue bautizado solemnemente en 1995 por la Reina Beatriz. Para esta ceremonia se utilizó agua del Océano Índico tomada del lugar del naufragio del Batavia original de 1628. En la actualidad, el buque está abierto a los visitantes y su mantenimiento continúa gracias al compromiso de voluntarios y estudiantes, que garantizan la transmisión de las técnicas tradicionales de construcción naval.

También se construyó una réplica de la lancha, que actualmente se exhibe en el Museo WA de Geraldton.
Objetos y patrimonio histórico
Durante las excavaciones se recuperaron numerosos artefactos, como cañones de bronce, lingotes de plomo, barras de plata, armas y herramientas de hierro. Estos objetos están expuestos en el Museo de Australia Occidental y dan testimonio de la riqueza del cargamento del Batavia y de la vida a bordo.

El lugar del naufragio y los trabajos realizados en la isla Beacon entre 1999 y 2018 pueden verse en el Beacon Virtua (enlace al pie del artículo), una experiencia de realidad virtual.


Un cómic conmovedor por descubrir
La tragedia de Batavia sigue siendo un caso de estudio en arqueología marítima e historia criminal. Sigue fascinando a historiadores, escritores y cineastas, por la magnitud de la tragedia y las lecciones que nos enseña sobre la naturaleza humana. La historia de Batavia inspiró un cómic en dos volúmenes titulado "1629, Ou L'Effrayante Histoire Des Naufragés Du Jakarta" . El primer capítulo, "El boticario del diablo" (2022), y el segundo, "La isla roja" (2024), repasan de forma ficticia el trágico destino de la Batavia. Escrito por Xavier Dorison y Thimothée Montaigne, este cómic sumerge al lector en una atmósfera opresiva donde la locura humana se desata en un pedazo de tierra perdido en medio del océano. Las finísimas ilustraciones transmiten con realismo la dureza de la vida a bordo de una flauta holandesa del siglo XVII y el horror del reinado de Cornelisz. El libro se basa en relatos históricos y archivos de la VOC que ofrecen un impactante registro visual de este motín sin precedentes.

