En el Glénan, conductas de riesgo denunciadas desde el inicio de la temporada
Durante el primer fin de semana de julio, la gran afluencia de visitantes al archipiélago de Glénan hizo que los servicios de emergencia tuvieran que hacer frente a varios incidentes protagonizados por navegantes ebrios. El puesto de socorro estacional, apoyado por la Prefectura Marítima, registró varias caídas a bordo o al mar, cuyo tratamiento se complicó por la intoxicación de las víctimas.

En un comunicado oficial, la Prefectura recuerda que "el consumo excesivo de alcohol aumenta considerablemente los riesgos para las personas y los demás usuarios del mar". Subraya que la capacidad de coordinarse, analizar situaciones y reaccionar con rapidez se ve mermada, sobre todo en caso de maniobras de emergencia o condiciones meteorológicas cambiantes.
Saint-Tropez: una serie negra de intervenciones por conducir ebrio y de forma temeraria
El sector de la náutica de recreo también fue testigo de varias intervenciones críticas de la SNSM a principios de verano. Ya el 21 de junio, un navegante que se encontraba ebrio en una embarcación varada en Les Salins tuvo que ser atendido por los socorristas, antes de ser entregado a la policía. Ese mismo día, otra embarcación que se había quedado sin combustible quedó a la deriva hacia las rocas, con seis personas a bordo y sin ningún dispositivo de seguridad activado.
Al amanecer del 1 de julio, un veraneante británico intentó llegar a nado a Sainte-Maxime tras una noche de fiesta en Saint-Tropez. Denunciado como desaparecido, fue encontrado por los equipos de la SNSM tras dos horas de búsqueda en la que intervinieron helicópteros y los bomberos. Aunque la historia no tiene un final trágico, ilustra un comportamiento irracional directamente relacionado con el consumo excesivo de alcohol.
Aumento del número de víctimas y saturación de los recursos

En los días siguientes no hubo tregua. El 12 de julio, dos lanchas rápidas chocaron sucesivamente contra las rocas en Les Sardinaux y Les Salins. En el primer caso había tres personas a bordo, dos de ellas con heridas en la cara.

En el segundo caso, la embarcación se hundió y los siete pasajeros fueron rescatados en el último momento. Los testigos describen un ambiente festivo y descontrolado y maniobras peligrosas en zonas sensibles.

Las autoridades marítimas cruzan una línea roja
Esta serie de acontecimientos pone de manifiesto una tendencia preocupante, confirmada por un responsable de la estación de la SNSM en la bahía de Saint-Tropez: "No son las condiciones meteorológicas ni los problemas técnicos los que generan más riesgos en estos momentos. Son las imprudencias relacionadas con el alcohol. " Esta observación es compartida por el Gobierno francés, que pide el estricto cumplimiento de las normas en el mar.
Al igual que en la carretera, el alcohol disminuye los reflejos, afecta a la capacidad de juicio y aumenta los errores de navegación. La diferencia es que, en el agua, la ayuda tarda más en llegar y las consecuencias pueden ser inmediatas y fatales.