El desafío se superó en agosto de 1992. El día 6, Destriero dejó Nueva York y se dirigió a las islas Scilly, alcanzando el faro de Bishop Rock en la noche del día 9. En poco menos de 59 horas, recorrió más de 3.100 millas náuticas a una velocidad media de 53,09 nudos, es decir, unos 98 kilómetros por hora. Este récord sigue siendo insuperable a día de hoy. La tripulación fue condecorada con el Trofeo Virgin Atlantic Challenge y el Trofeo Colón Atlántico se trata de premios importantes por una extraordinaria proeza técnica y marinera.
Diseñado para ofrecer el máximo rendimiento

Detrás de esta travesía se esconde una arquitectura naval excepcional. El yate, de 67,7 metros de eslora y 13 de manga, se construyó íntegramente en aluminio, lo que lo convirtió en su momento en el mayor monocasco de aleación ligera jamás fabricado por Fincantieri. Donald L. Blount & Associates, especialistas en cascos rápidos, diseñaron los planos, mientras que Pininfarina trabajó en las superestructuras.

Para propulsar esta extraordinaria unidad se han instalado tres turbinas de gas General Electric LM1600, cada una de las cuales desarrolla 20.000 caballos de potencia. Están acopladas a chorros de agua KaMeWa de última generación. Juntas, entregan un total de 60.000 caballos de potencia, lo que permite velocidades superiores a 65 nudos en condiciones moderadas. La autonomía supera las 3.000 millas náuticas sin escalas, suficiente para una travesía transatlántica directa sin apoyo logístico.
Mecánica de alta precisión

Destriero no se diseñó para un crucero de lujo, sino para el desafío técnico y la velocidad extrema. Su navegabilidad sigue siendo ejemplar, incluso con mar gruesa. Es capaz de mantener velocidades de más de 30 nudos en mares de fuerza 5 a 6, con olas de más de 4 metros. Durante su intento de récord, recorrió hasta 1.402 millas en 24 horas, manteniendo una velocidad media de 58,4 nudos, lo que subraya la eficacia de su casco en V profunda y la estabilidad de su sistema de propulsión.

Se ha prestado especial atención al ruido y las vibraciones a bordo. A pesar de sus turbinas de gas, el interior ofrece un notable confort acústico. El uso extensivo del corte digital y de materiales compuestos para el aislamiento estructural refleja una búsqueda constante del rendimiento sin comprometer la fiabilidad.
Características no estándar

El Destriero desplaza unas 400 toneladas a plena carga, una cifra relativamente contenida para su tamaño gracias a su construcción en aluminio. Su propulsión por turbina, típica de la aviación militar, va acompañada de un sistema de control centralizado y múltiples redundancias. Clasificado según las normas DNV para "yates ligeros de alta velocidad", el buque está homologado para cruceros oceánicos de alta velocidad, algo inédito a esta escala a principios de la década de 1990.
El crepúsculo de un gigante

Tras batir todos los récords, el Destriero tuvo una breve segunda vida. Tras un breve periodo de mantenimiento, fue almacenado en Plymouth antes de ser transferido a los astilleros Lürssen de Bremen. En 2009 fue dado de baja. Descuidado, el buque se deterioró rápidamente, a pesar de varios proyectos de rehabilitación abortados. En mayo de 2024 se ratificó la decisión de demolerlo. Ningún museo ni coleccionista podrá ofrecerle un nuevo destino.
Una página de subtítulos
Treinta años después, el Destriero sigue siendo un icono de una época pasada. Concebido como un manifiesto de tecnología y velocidad, sigue siendo el único yate que ha cruzado el Atlántico sin repostar a una velocidad media de más de 53 nudos. Su silueta afilada, su palmarés y su destino lo convierten en una referencia para los aficionados al género. Y aunque los récords están hechos para batirse, el de Destriero se mantendrá durante mucho tiempo, ya que no hay planes para establecer un tiempo mejor.

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