Ensayo / En el mar con la Libecciu 1000: una semirrígida deportiva, segura y equilibrada

© Maxime Leriche

En un flujo del suroeste de unos veinte nudos, el Libecciu 1000 encuentra su terreno de juego natural. La prueba realizada frente a las Bouches de Bonifacio nos permitió medir el comportamiento de la semirrígida corsa en condiciones reales.

Condiciones típicas de las Bouches de Bonifacio

La cita era en el puerto de Bonifacio para la prueba del Libecciu 1000. El viento soplaba a unos veinte nudos, con un chop de unos 60 cm y algunas olas de 1 m frente al Cap de Pertusato. Unas condiciones perfectas para poner a prueba la carena de la semirrígida en un entorno que conoce bien.

Nuestra unidad de pruebas está propulsada por dos Honda V8 de 350 CV. Depósitos llenos, 3 personas a bordo y un antiincrustante limpio en el casco: un escenario cercano al uso en la vida real.

Un casco sólido y equilibrado

Desde las primeras maniobras, el Libecciu 1000 impresiona por su estabilidad longitudinal y su mantenimiento del rumbo. El casco, con su pronunciada V en la proa, corta el choppy sin generar impactos violentos. El escalón longitudinal, combinado con un fondo profundo, garantiza una buena sustentación a la vez que limita las sacudidas al cambiar de trimado.

La transición entre la línea de flotación y los flotadores es gradual, lo que proporciona una amortiguación eficaz. A diferencia de muchas semirrígidas de este tamaño, la embarcación no se desliza por la manga, ni siquiera con oleaje cruzado. Los flotadores de 65 cm de diámetro contribuyen a esta sensación de seguridad, al tiempo que preservan la distancia al suelo en las curvas cerradas.

Un comienzo gradual pero firme

Ambos motores Honda son muy potentes y suaves a bajas revoluciones. El despegue se consigue en 4,4 segundos y se alcanzan los 20 nudos en 6,3 segundos. El comportamiento es neutro, sin cabeceos excesivos, incluso a plena carga. La velocidad de corte es de 18 nudos, una cifra decente para una unidad de 3,4 toneladas en vacío. La posición de conducción ligeramente elevada ofrece una buena visibilidad hacia delante, lo que se agradece en condiciones de mar picada.

Un casco que invita a navegar rápido

A velocidades de crucero rápidas de unos 37 nudos a 4.500 rpm, el Libecciu 1000 mantiene un excelente trimado. El relanzamiento es sencillo, sin pérdida de agarre de la hélice, y las estelas se superan sin ningún balanceo parásito.


A 53 nudos, el barco se mantiene perfectamente estable, incluso ligeramente trimado. La dirección hidráulica sigue siendo precisa y el volante no emite vibraciones perceptibles. Este comportamiento refleja un excelente compromiso entre ligereza del casco y rigidez estructural, prueba de un diseño bien ejecutado.

Amortiguación sorprendentemente suave

En términos de confort, la Libecciu 1000 es sorprendentemente suave. En el apretado chop del Estrecho, los aterrizajes son sencillos pero suaves. La proa divide la ola sin proyecciones excesivas, y la ola de proa se despliega baja, salvando la zona delantera.
La posición de la bañera, centrada y ligeramente retrasada, limita los movimientos verticales. Los pasajeros sentados en el banco de popa permanecen resguardados, protegidos por los flotadores y el T-top. Sólo los pasajeros más adelantados sentirán la subida del trimado durante los giros sostenidos.

Autonomía y consumo de combustible

Con 550 litros de combustible a bordo, el Libecciu 1000 ofrece una autonomía confortable. A 20 nudos, el consumo medio es de 0,40 millas por litro, es decir, unos 40 litros por hora a 2.500 rpm.
A esta velocidad, la embarcación puede recorrer casi 250 millas náuticas sin repostar, lo que la convierte en una semirrígida ideal para largas salidas o travesías entre Córcega y el continente en buenas condiciones.

Sensaciones controladas

Al timón, la sensación de potencia está presente, pero nunca es brutal. La suavidad de la dirección, el centrado del peso y la rigidez de la cubierta proporcionan una inmediata sensación de confianza. El barco es tolerante y predecible, incluso a velocidades superiores a 40 nudos.
El aislamiento acústico es bueno, y el ruido del Honda es, como de costumbre, bastante discreto. Su velocidad máxima de 52 nudos, alcanzada a pesar del T-top y el antifouling, da fe de su excelente potencial. El barco maneja con facilidad sus 2 x 350 CV, sin dejar de ser cómodo y dócil.

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