Entre los anuncios que se esperan en el Salón Náutico de Düsseldorf en enero de 2026, el Greenline 42 ya está llamando la atención. Diseñado para encajar entre los modelos 39 y 45 Fly del fabricante esloveno, combina opciones técnicas con avanzadas posibilidades de personalización.

Un modelo intermedio
Con 42 pies (unos 12,80 m), este nuevo modelo se sitúa entre dos unidades ya consolidadas en la gama. El objetivo es ofrecer un compromiso entre espacio habitable, maniobrabilidad con una tripulación reducida y autonomía energética. El Greenline 42 alcanza una velocidad máxima de 25 nudos, lo que lo sitúa claramente en el segmento de los cruceros rápidos de semidesplazamiento.

Su casco optimizado está diseñado para ofrecer estabilidad a velocidades de crucero moderadas. Esta elección sugiere que la embarcación se utilizará principalmente en la costa, o incluso semiparcialmente en el Mediterráneo o el Mar del Norte. La distribución de la cubierta ofrece dos zonas de estar al aire libre bien diferenciadas: una bañera de popa modular y un solárium de proa clásico pero agradable.

Una gran instalación solar
Uno de los argumentos esgrimidos es su capacidad de producción de energía: hasta 4,3 kW gracias a diez paneles solares. En teoría, esto permite alimentar todos los sistemas de a bordo (nevera, luces, convertidores, etc.) sin necesidad de un generador térmico. En la práctica, esta potencia sólo será suficiente si se controla estrictamente el consumo, sobre todo para la climatización...

Para aquellos a los que les gusta fondear durante largos periodos, esto es una verdadera ventaja. La integración con el sistema de motor H-Drive de 6ª generación también permite maniobrar en puerto en modo totalmente eléctrico, sin ruidos ni humos. Una función útil, pero que complementa la propulsión diésel para viajes más largos.

Una cabina descapotable
La parte trasera de la embarcación puede configurarse de dos maneras: con una plataforma de baño fija y asiento corrido, o con una escotilla abatible verticalmente y mobiliario desmontable. Esta elección permite adaptar la bañera a distintos programas (descanso, embarcación auxiliar, pesca, natación). Pero estas configuraciones modulares también plantean cuestiones de ergonomía y de almacenamiento a bordo de los elementos desmontables.


La facilidad de instalación deberá evaluarse in situ. Este tipo de disposición resulta tentadora para optimizar el espacio en el muelle, pero puede convertirse rápidamente en restrictiva si los sistemas son pesados o engorrosos.

Opciones de construcción a largo plazo
Greenline adopta un enfoque ecorresponsable en toda la cadena de producción. Esto implica laminación por infusión al vacío, resinas de éster vinílico (garantizadas durante 5 años contra la ósmosis) y refuerzo con espuma de PET reciclada. El centro también está experimentando con fibras naturales y resinas "verdes" en algunos componentes.

El objetivo es realista: aumentar la durabilidad del barco, controlando al mismo tiempo los residuos. Cabe señalar que la madera de desecho se recicla como pellets para calefacción, y la espuma se reutiliza para aislamiento doméstico. Un buen punto para el astillero.

¿Hasta dónde llega la personalización?
El astillero presenta opciones de personalización nunca vistas en sus modelos anteriores. Cabinas, baños, muebles, encimeras, electrodomésticos... todo puede ajustarse a los deseos del propietario. Hay dos ambientes interiores disponibles, diseñados por Marco Casali.

Si esta flexibilidad va acompañada de una buena mano de obra, significa que el barco puede adaptarse a una amplia gama de estilos de navegación, desde el crucero costero de verano hasta el crucero semipermanente. Queda por ver cuánto tiempo se tardará en fabricar el barco y cuánto más costará satisfacer requisitos específicos.

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