En el pontón Grand Pavois
En los pantalanes de La Rochelle, se ve enseguida la firma del astillero bretón. La unidad, recién salida de Loctudy, muestra la misma sencillez funcional que los yates Pogo. Lo primero que percibe el visitante es el casco: un perfil esbelto, francobordo medido, proa recta y bañera despejada. Nada parece superfluo. Por debajo de la línea, llaman la atención las dos pequeñas aletas de varada, un detalle poco habitual en un barco de 13 metros.
A bordo, Paul Bourroulec, director de Pogo Structures, " Queríamos una lancha que mantuviera el espíritu de Pogo: ligera, sencilla y hecha para llegar lejos sin depender de una densa red portuaria"
La versión motorizada de la filosofía Pogo
El Loxo 40 es una evolución directa del Loxo 32, lanzado en 2018. Más largo y espacioso, pero solo ligeramente más pesado, pesa solo 4 toneladas y mide 12,80 m x 3,75 m.

Esta ligereza es la clave de todo el diseño: un único motor Yanmar que produce entre 150 y 250 CV según la versión, un consumo de combustible reducido a 0,8 litros por milla y una autonomía de más de 600 millas gracias a un depósito diésel de 480 litros.

La obra se mantiene fiel a sus procesos: infusión al vacío, sándwich de espuma, tabiquería interior y estructura integrada en el mobiliario. Los resultados pueden leerse en las balanzas y sentirse en la ejecución. " No nos propusimos hacer un barco más grande, sino más justo" añade Tanguy Bourroulec, señalando el plano del casco expuesto junto al stand.
A bordo, la coherencia es lo primero

El recorrido comienza en la bañera, espaciosa y flexible. Una mesa central plegable deja espacio para una amplia zona para tomar el sol.

Las cubiertas laterales de buen tamaño conducen a la popa. Delante de la bañera hay un puesto de mando exterior completo, con controles eléctricos, repetidores y hélice de proa integrada.

En el interior, la sorpresa viene dada por la luz. Grandes superficies acristaladas rodean el puente de mando y dejan pasar la luz a lo largo de todo el salón. La carpintería clara y los suelos grises contrastan con la sobriedad de la tapicería.

Dos camarotes dobles ocupan la proa y el centro del barco. Un cuarto de baño independiente con ducha a ras de suelo recuerda la importancia de navegar en familia.


En el salón, la larga cocina incorpora nevera, horno y dos fogones. A estribor, el puesto de gobierno interior ofrece una notable visibilidad de 180 grados. La posición es natural, el timón se sienta cómodamente y los mandos son fáciles de leer.


Opciones técnicas adoptadas

Bajo los suelos, todo es accesible: el motor Yanmar, las baterías, los depósitos y los conductos. El lugar se ha diseñado para facilitar el mantenimiento y las revisiones.

El calado reducido de 0,75 m y las aletas de varada permiten varar o amarrar en zonas de marea. Los visitantes de Bretaña y Normandía se interesan mucho, conscientes de las ventajas de un sistema así.
La autonomía anunciada supera las 1.000 millas a 10 nudos, una cifra que atraerá por igual a propietarios de embarcaciones de arrastre y a navegantes lentos. Toda la embarcación conserva la certificación CE B, garantía de seguridad en la navegación a media agua.
Un concepto bien recibido en La Rochelle

En el pontón Grand Pavois, las reacciones son unánimes: sobriedad, coherencia y eficacia.

Algunos visitantes comparan el Loxo 40 con un Pogo motorizado, otros con un "velero sin mástil". Los paralelismos no son falsos. Mismo enfoque del peso, misma lógica de construcción, mismo espíritu de independencia. " Este barco no intenta impresionar. Simplemente ofrece una forma diferente, más libre y sencilla de navegar" dice un visitante de La Rochelle, antiguo armador de arrastreros.

Precio medio de los barcos técnicos
El Loxo 40 tiene un precio de 320.000 euros sin IVA, o unos 384.000 euros con IVA, con el motor básico de 150 CV. El equipamiento de serie incluye hélice de proa, molinete eléctrico, calentador de agua y tapicería completa.
Situado en la categoría de los cruceros ligeros, se dirige a navegantes independientes sensibles al consumo de combustible y a un mantenimiento simplificado. Con el Loxo 40, Pogo Structures propone una visión diferente del crucero a motor. Lejos de las motoras potentes y macizas, el astillero bretón apuesta por la ligereza, el planeo y la libertad. En el stand del salón náutico Grand Pavois de La Rochelle, el público no se equivocó: este barco es para los que prefieren el mar al puerto deportivo, y la sencillez a la exageración.