Gilles Lamiré sobre Elf Aquitaine 3
Treinta y seis años después de su botadura, el antiguo Elf Aquitaine 3 vuelve a estar en servicio. Botado en 1988 para Jean Maurel, este diseño de Ollier hizo historia con una serie de victorias y una larga carrera deportiva. Retomado en 2006 por Gilles Lamiré, el barco se alineará de nuevo en la salida de la Ruta del Ron 2026 bajo los colores del fondo de dotación Océanopolis Acts. El objetivo es combinar la educación medioambiental con la accesibilidad al mar.
El proyecto, con sede en Saint-Malo, cuenta con un programa anual de 300.000 euros, financiado mediante patrocinio.
Fujicolor II: Damien Seguin en un trimarán legendario

El antiguo Fujicolor II, navegado en los años 90 por Loïck Peyron, volverá al Atlántico en 2026, esta vez con Damien Seguin al timón. Al no disponer de espacio en un Ocean Fifty, el dos veces medallista paralímpico ha optado por este diseño de Irens, que está modernizando con la ayuda de Franck Proffit y el equipo Éole Performance. La reforma se centrará en un nuevo juego de velas, un mástil posiblemente más corto y una adaptación de la bañera. El presupuesto anunciado ronda los 1,2 millones de euros.
El objetivo es claro: combinar el rendimiento deportivo con un mensaje sobre la discapacidad, con socios comprometidos con la causa.
Pierre 1er: Loizeau rinde homenaje a Florence Arthaud
A sus 76 años, Éric Loizeau vuelve a emprender una tercera Route du Rhum. Al timón del antiguo Pierre 1er, el trimarán ganador de Florence Arthaud en 1990, regresa emocionado. El barco, bautizado ahora como Flo, se confiará a un programa patrimonial y medioambiental centrado en la lucha contra el plástico y la transmisión de conocimientos de una generación a otra.

Loizeau prevé un presupuesto de entre 500.000 y 600.000 euros, con base en Brest a partir del verano de 2026, con trabajos centrados en la reducción del mástil y la instalación de una nueva vela mayor. Loizeau hace un llamamiento a instituciones, fundaciones y patrocinadores que compartan sus valores para que apoyen este proyecto intergeneracional.
Banque Populaire / Eure-et-Loir : Joyon vuelve con Océans
Francis Joyon ha rescatado su antiguo ORMA, construido en 1994, ex Banque Populaire, y lo ha transformado en un vehículo de compromiso ecológico. Rebautizado Océans, el trimarán ya participa en regatas y actos de sensibilización. Tras un importante programa de descarbonización y simplificación (velas de segunda mano, electrónica más ligera), Joyon se prepara para la Ruta del Ron 2026 con un enfoque sobrio, artesanal y decididamente centrado en las causas medioambientales.

El patrón espera utilizar su proyecto como relevo para las ONG que trabajan en la protección de los cetáceos y los arrecifes. También tiene la intención de participar en la Fastnet Race 2025. Su regreso a la clase Rhum Multi se inscribe en una continuidad asumida, lejos de los presupuestos del Ultim, pero con una fuerte coherencia técnica y humana.
Otros ORMA potenciales en reparación o en funcionamiento
Otros dos trimaranes podrían sumarse a esta dinámica. El antiguo Groupama 1, actualmente en reparación en Marsella, está siendo reacondicionado con vistas a un posible regreso a la competición. Este diseño VPLP de 1998, que marcó la transición tecnológica de los ORMA a plataformas más potentes, aún no ha confirmado su participación, pero sigue siendo una opción creíble.

Otro barco emblemático es el antiguo Foncia, ahora operado por Sensation Océan, con base en Lorient. Utilizado para operaciones de relaciones públicas y salidas pedagógicas, este trimarán se mantiene regularmente y podría, si el presupuesto sigue adelante, alinearse también en la salida de Saint-Malo. Estas embarcaciones, que siguen funcionando, son testimonio del potencial de la flota ORMA, que durante mucho tiempo ha quedado relegada a un segundo plano y que ahora se rehabilita para proyectos humanos, educativos y deportivos.
Una clase diferente
Con estos proyectos, la clase Vintage se enriquece con figuras icónicas y multicascos legendarios. Un patrimonio dinámico que reafirma el lugar de los ORMA en la escena oceánica. Estas plataformas de 60 pies, a menudo relegadas a los fondeaderos, encuentran una nueva vida a través de proyectos comprometidos, sobrios o simbólicos.

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