Las nubes se clasifican en diez tipos, según su forma (estratificada o estratiforme o esférica o cumuliforme) y su altitud de base (algunas nubes tienen un desarrollo vertical y se extienden por varios pisos).
Nubes cirros (Ci): de 6 a 12 km de altitud
Son filamentos blancos, como plumas o comas, con un aspecto fibroso y/o un brillo sedoso. Son muy finas y transparentes, y permiten que el sol las atraviese, aunque apaguen su brillo. Se componen principalmente de pequeños cristales de hielo dispersos. Aparecen en el cielo antes que otras nubes que causarán una perturbación.
Efecto Son una señal de buen tiempo y su precipitación nunca llega al suelo. Si son seguidos por Cirrostratus, suelen preceder a una perturbación.

Cirrocúmulos (Cc): de 5 a 13 km de altitud
Son pequeñas nubes blancas en forma de gránulos u ondulaciones que forman un banco, una capa o una fina lámina, dejando pasar el sol. Compuestas principalmente por cristales de hielo, siguen a los cirros y cirrostratos y anuncian un cambio de tiempo.
Efecto No anuncian ningún tiempo en particular y muy raramente dan precipitaciones que nunca llegan al suelo.

Cirrostratus (Cs): de 5 a 13 km de altitud
Aparece como un velo nuboso transparente, blanquecino, fibroso o liso, que cubre parcial o totalmente el cielo, aunque no es lo suficientemente grueso como para suprimir las sombras proyectadas. En general, se asocia a un fenómeno de halo. Compuesto por pequeños cristales de hielo muy dispersos, suele anunciar un cambio de tiempo.
Efecto Nunca da precipitaciones. A menudo se encuentra por delante de un frente cálido y puede preceder a las precipitaciones que llegarán hasta 24 horas después de su aparición.

Altocúmulos (Ac): de 2 a 6 km de altitud
Aparecen como un banco o capa de nubes en forma de copos, guijarros o rollos blancos y/o grises. Pueden soldarse y están compuestas principalmente por gotas de agua sobreenfriada.
Efecto No anuncian un tiempo determinado, sino un cambio de tiempo. Pueden provocar lluvias más bien ligeras y cortas.

Altostratus (As): de 2 a 6 km de altitud
Aparece como una capa de nubes azulada o grisácea, de aspecto rayado, fibroso o uniforme y cubre gran parte del cielo. Puede mostrar el sol en los lugares más finos. Se parece a un cirrostratus, pero sin el fenómeno del halo. Varias capas de altoestratos pueden superponerse con intervalos de unas decenas de metros y suelen estar asociadas a los altocúmulos.
Efecto Cuando es espesa, puede traer lluvia, nieve o bolitas de hielo.

El nimbostrato (Ns): de 2 a 6 km de altitud
Es una señal de mal tiempo y adopta la forma de una capa de nubes gruesa, gris y oscura, cuyo aspecto se ve difuminado por las precipitaciones que genera. Originado por el altoestrato, provoca lluvia o nieve de forma continua con una intensidad de fuerte a muy fuerte. A menudo da la impresión de estar iluminado desde dentro, pero es lo suficientemente grueso como para ocultar completamente el sol. Suele ir acompañada de nubes bajas y rasgadas (pannus).
Efecto La lluvia puede durar todo el día y en invierno, si hace frío, generará nieve o bolitas de hielo.

Estratocúmulos (Sc): de 300 m a 2,5 km de altitud
Se trata de bancos o capas regulares de nubes grises y/o blanquecinas en forma de placas, rollos, etc., soldadas o no. Están formados principalmente por gotas de agua y son un signo de tiempo nublado, sin precipitaciones. Se asemejan a los altocúmulos en su aspecto, pero se diferencian de ellos en la altitud y en el diámetro de sus componentes.
Efecto La previsión meteorológica es bastante amenazante y puede, aunque muy raramente, dar lugar a lluvias ligeras, nieve o aguanieve.

Stratus (St): de 0 a 500 m de altitud
Es una nube gris, que forma una capa uniforme, extensa y gris de nubes bajas, que puede dar lugar a lloviznas, nieve o prismas de hielo. También puede adoptar la forma de un banco dentado cuando se disipa. Sus contornos y dimensiones irregulares cambian continua y rápidamente. Su base es muy baja (entre 20 y 500 m), por lo que puede ocultar la cima de pequeñas colinas. Cuando toca el suelo, se convierte en niebla. Es especialmente frecuente en las grandes zonas urbanas debido a la contaminación atmosférica.
Efecto Puede producir llovizna, granos de nieve o copos de nieve muy pequeños, en cantidades muy pequeñas y con una intensidad muy baja.

El cúmulo (Cu): de 200 m a 2 km de altitud
El cúmulo es una nube de buen tiempo a pesar de su imponente tamaño y se desarrolla verticalmente. Es denso, con contornos bien definidos. Su superficie superior brota y a menudo se parece a una coliflor. Cuando les da el sol, son de color blanco brillante, mientras que su base, más bien plana, es más o menos oscura. Existen 3 variedades de cúmulos, según su desarrollo vertical.
Efecto El cúmulo de buen tiempo no anuncia la lluvia, pero a veces da lugar a lluvia, nieve o aguanieve, siempre en forma de chubascos.

- El cumulus humilis Están poco desarrollados verticalmente y aparecen aplanados. No dan lugar a precipitaciones, por lo que se denominan "nubes de buen tiempo"

- El cumulus mediocris Se desarrolla verticalmente de forma moderada (desde unos cientos de metros hasta 2 km). Su parte superior está cubierta de protuberancias y pequeños brotes. Por lo general, no dan lugar a precipitaciones.

- El cumulus congestus Son muy extensas verticalmente (hasta 5 km) y brotan con fuerza, con contornos bien definidos. Constituye la última etapa de desarrollo de la nube antes de su transformación en cumulonimbo.

El cumulonimbo: de 300 m a 17 km
Son cúmulos que anuncian el mal tiempo: tormentas, chubascos, granizo. Están formados por enormes volutas en la parte superior y pueden generar un clima muy violento. Son las únicas nubes que provocan tormentas.
Efecto Trae el tiempo más violento, tanto en invierno como en verano: lluvia, nieve, aguanieve y granizo, siempre en forma de chubascos, a menudo acompañados de rayos y truenos. A veces puede incluso formar una tromba de agua, o incluso excepcionalmente, un tornado que descenderá hasta el suelo con vientos violentos.
