Fundación Tara: Utilizar la energía del mar para recaudar fondos


Después de las empresas de corretaje y las obras de construcción, ahora le toca a la Fundación Tara probar los bitcoins. Para sensibilizar a la población, la organización, reconocida como de interés público, ha instalado un sistema de turbinas en el océano que permite recoger bitcoins. Una operación que funciona, pero cuyo principal objetivo es llamar la atención sobre un mensaje medioambiental: si nadie puede salvar el océano, tendrá que hacerlo por sí mismo

Desde hace 15 años, la Fundación Tara Expeditions estudia el océano para preservarlo mejor del cambio climático. Una misión esencial, pero que requiere muchos fondos, y movilizar a la opinión pública, las clases políticas o los financiadores es difícil en el sector de la investigación marina. "Hoy en día, sólo el 3% de las donaciones que se hacen a las asociaciones se destinan al medio ambiente. Una causa menor comparada con la medicina o el humanitarismo en la conciencia colectiva" explica Elodie Bernollin, Directora de Comunicación de la Fundación Tara.

"Llamar la atención sobre un mensaje medioambiental"

"Estamos dispuestos a innovar para llamar la atención sobre un mensaje medioambiental. Con esta operación hemos querido demostrar que si nadie salva el océano, tendrá que salvarse a sí mismo" continúa Élodie.

Dicho y hecho... En colaboración con la empresa generadora de hidrógeno Salvar la Marina - que deseaba apoyar a la Fundación Tara - y con la complicidad de la agencia FF (Fred & Farid) Los Ángeles, la Fundación Tara ha imaginado un dispositivo llamado "Ocean Miner", probado durante un mes en Bretaña, en el Morbihan, en la punta de Quiberon.

Una turbina hidráulica se sumergió en el fondo del océano, donde las corrientes marinas y las mareas son más fuertes. Alimentada por corrientes, la turbina generaba electricidad, mientras estaba conectada a un ordenador especializado en la minería, es decir, en la producción de Bitcoins, colocado en una caja de espejos para no distorsionar el paisaje. La creación de esta criptodivisa a través de la minería es un proceso informático de grabación de transacciones en el registro público de transacciones (realizado con lo que se denomina Blockchain). Cada transacción registrada genera una fracción de Bitcoin para el propietario del ordenador. Esta moneda digital es convertible en euros y, por tanto, puede reinvertirse directamente en la investigación sobre el océano.

"Cuando pones un ordenador a disposición de la blockchain, te pagan en bitcoins. Al cabo de un mes, conseguimos recuperar 200 euros (250 dólares) Sabíamos que no íbamos a ganar miles de millones de bitcoins, pero por otro lado, era una verdadera innovación, que se correspondía con nuestra forma de hacer las cosas. Esta operación también nos permite demostrar que la investigación oceánica es difícil de financiar y que es necesario movilizar al mayor número de personas posible. Aunque hay un verdadero aumento de interés, especialmente desde la COP 21" resume Élodie.

"Ocean Miner" es una contribución simbólica. Nuestro objetivo no es desarrollar un parque de mareas para ganar bitcoins. Nuestra misión es, en efecto, organizar expediciones y estudiar el impacto de la contaminación y el calentamiento global en el océano" añade Élodie.

Para que conste, para financiar una expedición con Ocean Minner, se habrían necesitado más de 100 años "A día de hoy, el 25% del presupuesto de la expedición Tara Pacific no está cubierto (Nota del editor: una expedición requiere un presupuesto de entre 5 y 8 millones de euros). Dada la urgencia de la situación (nota del editor: impacto de la contaminación y el calentamiento global en el océano), necesitamos movilizar al mayor número de personas posible. Con este innovador experimento, eso es lo que intentamos hacer concluye Elodie Bernollin.

Arrecifes de coral, el próximo objetivo de la Fundación Tara

La goleta Tara se encuentra hoy en Shangai y luego navegará a Japón a principios de mayo, antes de llegar a Hawai a principios de junio para estudiar los arrecifes de coral. La travesía del Pacífico será también una oportunidad para analizar la contaminación del gran giro de plástico. A continuación, el barco llegará a la costa atlántica a principios de agosto, antes de regresar a Lorient el 27 de octubre de 2018.

¿El siguiente paso? "El efecto acumulativo del calentamiento y la contaminación en los arrecifes de coral. Es un cóctel letal..."

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