Técnicas de navegación en ríos marítimos

Ya sea a vela o a motor, las rías marítimas y los ríos son magníficas escalas que no deben perderse bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, la navegación allí es particular y requiere ciertas técnicas. Echemos un vistazo a algunas de las técnicas que hay que dominar antes de entrar en un río en barco.

Girar las esquinas desde el exterior

En un río, la trayectoria preferida del agua es a veces imprevisible. El cauce actual del río ha sido moldeado por el tiempo, la erosión, las formas del terreno y los acontecimientos climáticos.

Una regla prevalece: el agua prefiere el exterior de las curvas. Si no hay marcas, hay que probar suerte pasando por una curva en lugar de cortar en la cuerda para ahorrar tiempo.

Seguimiento del marcado

Afortunadamente, la mayoría de nuestros ríos están bien señalizados para facilitar la navegación. El riesgo es pasar por alto una o más boyas durante la navegación y desviarse repentinamente del canal.

En nuestro ejemplo ficticio, viniendo desde el sur sería muy fácil ver la boya roja de frente a unos 800 metros, en lugar de girar a babor hacia la boya verde.

Para evitar esta trampa, nada como una buena preparación de la navegación anotando en un cuaderno el número de boyas o sus números, si están identificados.

Si te mueves con el mapa delante, puedes compararlo constantemente con la realidad. Para los que están equipados, la cartografía electrónica puede ayudar. Pero comparado con la navegación en el mar, uno se da cuenta a menudo de la relativa inexactitud de los gps y/o los mapas electrónicos. Además, algunos fondos se mueven en función de los fenómenos meteorológicos.

Al girar, evite salirse de la carretera

La corriente es un elemento importante de la navegación fluvial. Nos movemos en la superficie del agua, que a su vez se mueve. Nos movemos en una cinta transportadora y cuando tenemos que hacer un giro las consecuencias son importantes. Si no tenemos cuidado, la corriente nos llevará más allá del giro que creíamos hacer, con el riesgo de encallar.

Para evitar el desvío, la dirección por alineación es, con mucho, la más segura. La técnica consiste en encontrar dos puntos de referencia cuya alineación pase por el rumbo deseado. A continuación, se gobierna el barco de forma que se mantengan alineadas las dos viradas. De esta forma se garantiza el control de la carretera de fondo, que puede ser muy diferente de la carretera de superficie. En el río no faltan alineaciones, hay que ser imaginativo, pero excluir todo lo que se mueve (como una vaca).

En nuestro ejemplo, la embarcación roja se ha dejado arrastrar por la corriente y se arriesga a dejar un rastro en el banco de barro que intenta evitar.

El barco blanco sabe que debe tener cuidado con la corriente, así que al girar ha divisado una línea entre una roca de la orilla y la chimenea de una casa. Mantendrá esta alineación y a veces parecerá navegar de lado, pero en el fondo se mantendrá en el lecho del río.

La técnica de los antiguos

Los antiguos tenían una técnica muy interesante para navegar por los ríos: ¡parecía que navegaban al revés! Los lugres y los barcos de marea a veces tenían que navegar por los ríos sin viento.

La técnica consistía en utilizar la corriente de agua para levantarse, dejando el ancla (boca abajo) para rascar el fondo y reducir la velocidad del barco en relación con la corriente; esto crea un flujo de agua alrededor del timón que permite gobernar el fondo del barco. Después de probarlo, no es muy manejable, pero funciona. Es una técnica que puede utilizarse en caso de fallo del motor o del viento.

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