Tan bien a bordo que Maxime Sorel tiene problemas para abandonar su barco al final de la regata


Maxime Sorel, regatista oceánico que participará en la Vendée Globe 2020, nos cuenta en este podcast cómo no pudo desembarcar en la meta, ya que estaba muy contento de permanecer a bordo.

Soy Maxime Sorel. Soy patrón del IMOCA V&V Mayenne. Mi mejor recuerdo es el de la Route du Rhum de 2014. Fue mi primera regata transatlántica en solitario y mi primera regata transatlántica en absoluto, y fue el momento de la llegada, después de la vuelta a Guadalupe. Fue una carrera transatlántica muy complicada.

Soy un ingeniero civil básico, no era mi trabajo básico ser un corredor en alta mar. Había dejado mi carrera en suspenso. Me había tomado tres meses de vacaciones para poder hacer esta carrera. Fue realmente un proyecto de vida. Había dedicado mucho tiempo y energía a crear este proyecto. La fase final fue la realización de este proyecto. En el momento de la llegada, sientes satisfacción por haber cruzado el Atlántico en solitario. Es la primera vez que lo conseguimos. Y, por supuesto, es una enorme alegría volver a ver a nuestros seres queridos, que se unen a nosotros en pequeñas embarcaciones cerca de la meta. Es una sensación única y me llevó varios días o incluso semanas salir de ese éxtasis. Tengo el recuerdo de llegar al pantalán después de cruzar la línea, de no querer bajarme del barco, de querer que siga, así que estoy muy contento de haber llegado, pero decirme que si toco tierra, se acabó: se paró. Que esta sensación, por ser tan única, quizá no pueda volver a sentirla. Tardé más de dos horas en bajar del barco y llegar a tierra. Después hubo muchas otras alegrías muy diferentes, pero ésta fue la primera y es un hermoso recuerdo que permanecerá conmigo para siempre.

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