El progreso de las telecomunicaciones, por un lado, la miniaturización de los sensores, por otro, y el desarrollo de formas alternativas de la llamada inteligencia artificial. Todos estos enormes avances tecnológicos y científicos están encontrando apasionantes campos de aplicación. Los barcos están mejor diseñados, los patrones están mejor preparados y las regatas son mucho más espectaculares.
Ayuda eficaz para los navegantes
Tener la capacidad de predecir un cambio en la meteorología que requiera una maniobra física, permitirá al patrón anticipar su periodo de descanso y planificarlo para que sea lo más eficiente cuando el barco lo requiera. Estos modelos matemáticos representan esta forma de inteligencia. Tienen el potencial de ayudar al patrón en su toma de decisiones y aumentar el rendimiento.
El ser humano sigue siendo el centro del sistema
No entremos en el debate equivocado. El que va a cabecear, el que va a sacar las velas y rizar en el momento más oportuno es, a día de hoy, el ser humano. Aumentado o no, este ser humano sigue siendo una máquina magnífica y eficaz. Probablemente sea mucho más eficiente que el mejor ordenador hasta que se demuestre lo contrario.
Un anuncio reciente nos informa de que un trimarán Ultim a bordo de la próxima Route du Rhum será " (...) con inteligencia artificial y retroalimentación en tiempo real. Esta inteligencia permitirá definir la mejor estrategia (...) ".
El enrutamiento, permitido en esta carrera
Seamos claros, esto es sobre el enrutamiento. Permitido en esta carrera en la clase Ultim, tiene como objetivo optimizar el recorrido y ayudar a adoptar la decisión correcta en el momento adecuado. Basado en un modelo matemático, pero validado por ingenieros en tierra, el patrón podrá analizarlo y aplicarlo -o no- según las condiciones del momento en que reciba este consejo.
Hasta ahora, no hay nada de malo en que la máquina informática se ponga un poco más al servicio de los competidores para ofrecer espectáculos más sublimes, carreras más bellas, recorridos más seguros o más aventureros.
Línea blanca a la vista
Sin embargo, el límite se acerca.
Si hoy es posible consultar los datos de uno de los trescientos sensores de un barco, también es posible escribir datos en estos sensores si están algo activos. En otras palabras, es posible mover el piloto automático a una posición determinada o, mejor aún, mover el timón unos grados en una dirección u otra. Desde la distancia y sin ninguna acción por parte del patrón.
Que algo sea técnicamente posible es genial. Que es humanamente beneficioso es innegable. Que sea aceptable en términos deportivos es otra cuestión.
Valores y respeto
La vela está formada por seres humanos que tienen valores, respeto y solidaridad por sí mismos y por el elemento en el que se desenvuelven. Por último, los patrones se implican en el proyecto tan pronto, a veces desde el diseño del barco, que lo ven como una extensión de sí mismos.
Y no engañas con una extensión de tu ser.