El alquiler de barcos implica, por supuesto, que ambas partes confíen en la otra. El propietario no sabe a quién va a confiar su barco y el arrendatario no conoce el estado real de mantenimiento de la embarcación que alquila.

Por ello, le recomendamos que, como arrendador, realice un inventario de enseres en presencia del inquilino, lo más exhaustivo posible. Protegerá al inquilino en caso de accidente y, en cualquier caso, lo solicitará la compañía de seguros con la que esté pensando en cubrir una reparación.
Al principio
Antes de la entrega de las llaves de la embarcación al inquilino, el inventario de las instalaciones debe estar sellado y firmado por ambas partes.
Le recomendamos que tenga una visión del barco desde el lateral (por ambos lados) y desde arriba. Observará, en presencia del arrendatario, todos los impactos, arañazos, astillas... anotados por ambos. Teniendo en cuenta que este documento los compromete a ambos, no es necesario diferenciar los puntos señalados por uno u otro.

Anotará todos los accesorios desmontables disponibles (cuerdas, boyas de herradura, manivelas...) así como la totalidad del equipo de seguridad, su estado.
Realizado a la luz del día, este inventario de instalaciones incluirá los niveles de fluidos tomados (combustible, agua clara, aguas residuales, aceite de motor...). Lo ideal es fotografiar los medidores para evitar los riesgos de interpretación.
Encontrar el nivel de detalle adecuado
Si bien es importante anotar el número y el estado de la ropa de cama que proporcionas (sábanas, fundas de almohada, toallas...), no exijas que te la devuelvan lavada si es prácticamente imposible. No tiene sentido contar el número de cucharaditas o el nivel del salero. Aquí es donde entra en juego la confianza. Si intenta ser demasiado detallista, puede olvidarse de anotar lo esencial. Es más importante registrar el número de manivelas del cabrestante, por ejemplo, que el número de pinzas de la ropa
Planificar el tiempo necesario
En un velero de tamaño intermedio, prevea de 1 a 2 horas para un inventario completo y una entrega. Este tiempo no está incluido en el precio del alquiler. Es decir, si el arrendatario ha alquilado 24 horas, se trata de 24 horas de uso real, no de 24 horas a las que se restan 2 x 2 horas. Es su responsabilidad, como propietario, asegurarse de que la embarcación está en condiciones de navegar en el momento de la entrega y nunca debe confiar en que el arrendatario añada aceite al motor, cambie un cabo o rellene el depósito de agua. Esto acortaría la duración de su flete y, en cualquier caso, debería suponer una reparación (en tiempo o dinero) a su regreso.

Se entregan las llaves, todo está en orden. Ambos firman las dos versiones del documento, con fecha y hora. Esta fecha y hora anuncia el inicio legal del alquiler. A partir de este momento, usted, como propietario, ya no puede subir al barco. A menos que haya sido invitado a hacerlo por el arrendatario, que se convierte en el ocupante legal. Sé elegante y, si sientes la necesidad de coger algo del barco, pide permiso al arrendatario.
Una vez que el inquilino se ha ido, las cosas no han terminado

El inquilino ha tomado posesión de las llaves y del barco y se ha marchado. Al cabo de unos minutos, puede llegar la primera llamada. Lo que funcionaba perfectamente en el muelle conectado a la red eléctrica puede, por una u otra razón, estropearse. También en este caso, antes de que transcurra un periodo de tiempo "razonable" (que aconsejamos indicar claramente en el inventario), usted sigue siendo responsable de las averías o el mal funcionamiento del equipo a bordo.
El inventario de retorno, un momento crítico

Antes de subirse al inquilino a la vuelta, asegúrese de que todo ha ido bien. Interésese por su navegación y por cualquier respuesta o información que pueda haber perdido. Deje tiempo para que el arrendatario descargue su equipaje y su tripulación y para que limpie el barco, si está previsto. No recoja las llaves antes de que se haya completado el inventario de las instalaciones. La devolución de las llaves significa claramente que usted retoma el control de la embarcación y la ausencia de un inventario de enseres significa que está en todo conforme con el de la partida. Totalmente inimaginable, aunque sólo sea por los niveles.
¿Lo mismo, pero al revés? No del todo

Se podría pensar que el inventario de los enseres a su regreso sería idéntico en todos los aspectos al de su salida. Este no es el caso, su barco ha navegado, los inquilinos han utilizado el lazareto e inevitablemente habrá un poco menos de sal en el salero, pero quizás una nueva botella de aceite. No intentes ser más exigente de lo necesario. Te arriesgas a enemistarte con el inquilino y, en caso de un problema real, a encontrarte en un aprieto.
Armado con su versión de la encuesta de salida, añada las abolladuras, marcas y defectos que encuentre. Menciona los niveles de fluidos y deja comentarios sobre el estado general de la embarcación. Por último, proporcione un campo de comentarios libres que el arrendatario pueda dejarle (" El VHF tiene un mal contacto al cambiar de canal ", " Hay que subir el termostato de la nevera al máximo para conseguir cubitos de hielo "?).
Diferenciar entre el estado de los locales y el coste de su reparación
El inventario de las instalaciones es sólo un inventario del estado de la propiedad que está alquilando. No se utiliza para evaluar los posibles costes de reparación ni para facturar el consumo de combustible no abastecido. No hay que confundir estos dos conceptos, ya que son realmente independientes. Si se detectan daños, en cualquier caso debe intervenir un tercero neutral para evaluar el valor real de las reparaciones a realizar. Si opta por un acuerdo amistoso (financiero o en términos de tiempo), tenga en cuenta que este acuerdo le compromete a no reclamar nada más que lo previsto. De ahí el interés de una mirada neutral y justa sobre los daños.
No se olvide de firmar el inventario de devolución de las instalaciones
Una vez completado y rellenado, firme el inventario de devolución de enseres y haga que el arrendatario lo firme. Es el momento ideal para asegurarse de que no se ha olvidado nada (cargador del teléfono, juguetes de los niños...) y para terminar de informar sobre el viaje.
Una vez que haya completado este último recorrido y haya recuperado las llaves, tendrá el uso completo del barco que ha alquilado.