Cuando uno se lanza con un velero a navegar, el objetivo número uno es divertirse. Así que no querrás navegar con un viento constante de 30 nudos Por el contrario, preferimos salir cuando el viento se establece entre 5 y 15 nudos y el mar está bien. Por encima de eso, las condiciones se vuelven duras, el barco se moja y la tripulación se estresa más. Por eso, el 95% de los cruceros se realizan con un viento constante de entre 5 y 15 nudos.
Un mercado que no está sincronizado con el uso

A menudo pesados, regularmente con poca lona, a los yates de crucero no les gusta necesariamente el tiempo ligero. Los astilleros optan por un gran espacio habitable y una plétora de equipos necesarios para ofrecer comodidad a bordo. Estos yates suelen necesitar más de 12 nudos de viento antes de despegar. Por debajo de eso, es la mecánica la que se impone, a pesar de los esfuerzos por aparejar un gennaker u otras velas de aire ligero. Por eso vemos muchos navegantes a motor durante la temporada de verano.
Rigidez, ligereza y precisión

Con el J/45, un cómodo yate de crucero, el astillero J-Composites ha conseguido ofrecer el placer de la navegación, incluso con vientos suaves. Así que en el 95% de los casos. Sin embargo, el centro de gravedad optimizado y profundo (quilla de 2,30 m de calado con bulbo) proporciona un comportamiento muy saludable cuando el viento y el mar se levantan. En este yate, el rendimiento se convierte en placer. Placer del tacto del timón con un timón único que "devuelve" información al timonel. Con accesorios y cuerdas de calidad, la tripulación se mantiene en contacto con el barco.
Estas prestaciones se deben a un conjunto coherente: una rigurosa construcción de infusión (casco, cubierta, estructura y mamparo principal) que ofrece ligereza y rigidez. El diseño del barco no escucha las sirenas de la sentina, un artificio para aumentar el volumen habitable. Y también, la elección de los accesorios de calidad

Tanto en ceñida como en popa, al J/45 le gustan los aires ligeros y navega con vientos a partir de 6 nudos. Deslizarse sin hacer ruido se convierte en un verdadero placer accesible para todos los navegantes.