Editorial / ¿Vivir en un velero es realmente ecológico?

Los barcos de vela tienen una imagen verde. Pero un barco bien mantenido necesita varias pinturas y productos más o menos tóxicos... Navegar es noble, porque te impulsa el viento, pero cuando se trata de obras, es mejor ir equipado con una máscara antigás

Una vez superado el tema de la preparación del barco (y el inevitable antifouling), se puede decir que el barco es ecológico si se vive en él. No hay casa, no hay coche, se viaja en tren/bicicleta, un pequeño diésel que no consume mucho y que, a priori, no funciona demasiado a menudo, paneles solares, un estilo de vida minimalista. La huella de carbono es baja.

Todo es una cuestión de equilibrio, ¿es más ecológico utilizar la red de energía nuclear o con paneles solares y una instalación con baterías fabricadas con procesos que consumen energía? Son cuestiones que se plantean y, evidentemente, no vamos a presumir de que vivir en un velero sea súper ecológico, salvo si navegamos como hace cincuenta años: sin electrónica y sin motor.

Por otro lado, en un barco se puede ver en tiempo real cuánta agua, electricidad, comida y residuos se están utilizando. Y en este sentido, tenemos un retorno directo de nuestro consumo. Para nosotros, el mejor residuo es el que no creamos, la mejor energía es la que no consumimos. Y en un barco que no hace falta decir. Rápidamente encontramos hábitos y rutinas que nos ayudan a ahorrar dinero... así que nos volvemos "verdes", ¡incluso sin quererlo!

Extracto del libro "Aprendices de navegante durante un año" escrito por Justine Néron y Antoine Willm

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