¿En qué situaciones se debe golpear una línea (o líneas) de amarre en la orilla?
Puede haber varias razones para amarrar en tierra: la imposibilidad de echar el ancla, un fondeadero estrecho en el que inmovilizar la embarcación o por consideraciones ecológicas. En nuestro caso, estamos anclados en una hermosa bahía escocesa y queremos enfrentarnos al oleaje por comodidad. Para satisfacer esta necesidad, se colocará un cabo de amarre en la orilla.

Es importante tener en cuenta que sólo se debe utilizar el amarre principal para garantizar la seguridad de la embarcación y de la tripulación. Nuestro cabo de amarre no debe soportar más tensión que el cabo de amarre principal. Además, debe ser seguro de quitar en cualquier momento.

Un caso especial es el de un "amarre sin ancla". En esta situación, multiplicar el número de amarres en la costa permite distribuir los esfuerzos. Esta configuración puede requerir mucho trabajo y merecería un desarrollo específico.
Elección y preparación del equipo de amarre
El primer paso es elegir un cabo de amarre adecuado. Para nuestra embarcación de 15 m y 18 toneladas, basta con un modelo de polipropileno de 100 m y 14 mm de diámetro. La experiencia demuestra que una sección más grande no es realmente útil, excepto para añadir peso. Simplemente será necesario para evitar el riesgo de rozaduras.

Las ventajas del polipropileno sobre el nailon son su ligereza, impermeabilidad, coste y flotabilidad. Esta última característica lo hace visible para otras embarcaciones y facilita su manejo. Además, llevamos un cable de acero o de acero inoxidable (o mejor, una pequeña cadena), el bote con su ancla y un pequeño trozo de cuerda. Opcionalmente, uno o más garfios, un grillete grande y defensas pequeñas.
Desembarcando en una costa rocosa

En nuestro caso, la línea de costa está formada por rocas escarpadas y el oleaje no permite amarrar el bote allí. El truco consiste en echar el ancla a unos 3-4 metros de la orilla, y luego utilizar el motor para acercarse a la orilla (estamos a favor del viento). Una vez en tierra, nos dirigimos al extremo pequeño y descargamos nuestro equipo.
Elegir un punto de amarre

Una vez en tierra, nos dirigimos al lugar donde se va a clavar el cabo de amarre y elegimos un punto de anclaje. Lo ideal es un apéndice rocoso suficientemente sólido y ligeramente elevado. Este punto no debería estar sumergido durante la marea alta, ya que sería menos seguro y de más difícil acceso.
Tira el cabo de amarre y llévalo de vuelta al barco

Nunca enrolle el cabo de amarre directamente alrededor de la mordedura de la roca. El cable de acero (o la cadena pequeña) será más resistente a los bordes afilados de la roca. Lo ideal es dar una vuelta en vacío para limitar el roce y el agarre a la roca, y luego golpear el cabo al cable con el grillete grande. En nuestro ejemplo, la cuerda es demasiado corta para hacer un giro muerto y utilizar el grillete, pero suficiente para envolver la roca y atar la cuerda a ella.

Como nuestro cabo de amarre flota, podemos llevarlo fácilmente a la embarcación auxiliar, y luego su extremo libre al barco. Nos quedan unos 70-80 metros para llegar. A pesar del viento, esto se hace sin dificultad. Tener un margen es útil para facilitar la operación y luego proceder a los ajustes en el barco.
