¿Cómo nació? / Breve historia del surf: de pasión polinesia a pasión internacional

El surf ha recorrido un largo camino desde sus inicios hasta su popularización en Hawai a principios del siglo XX. En esta primera parte, descubrimos cómo evolucionó este deporte ancestral, desde las tradiciones polinesias hasta su resurgimiento en las playas de Honolulú.

El surf, considerado hoy una actividad emblemática de libertad y conexión con el océano, tiene raíces profundas y variadas. Originario de la Polinesia, ha atravesado épocas y continentes hasta convertirse en el popular deporte que conocemos hoy. Viajemos en el tiempo para descubrir cómo ha evolucionado el surf desde sus primeros practicantes en el Océano Pacífico hasta su renacimiento moderno en Hawai.

Los primeros signos del surf

La historia del surf es tan antigua como misteriosa. Los primeros humanos que utilizaron embarcaciones en el mar descubrieron sin duda que las olas podían facilitar o complicar su navegación. La tradición de las primeras tablas de surf podría remontarse a objetos como el "caballito" en Perú.

Sin embargo, la historia moderna del surf está estrechamente ligada a la Polinesia, en particular a Hawai. A diferencia de Perú, donde el surf estaba vinculado principalmente a la pesca, en Hawai se convirtió en una actividad recreativa.

En 1776, durante la expedición de James Cook a bordo del Résolue, Joseph Banks observó por primera vez a hawaianos surfeando olas con tablas. A su paso por Tahití, escribió: " ...En medio de estas rompientes nadaban 10 o 12 indios, que, cada vez que una ola rompía cerca de ellos, se dividían por debajo con infinita facilidad, subiendo al otro lado; pero su principal diversión se la proporcionaba la popa de una vieja canoa, con ella delante, nadaban hasta la brecha más exterior, entonces uno o dos entraban en ella y oponiendo el extremo redondeado a la ola rompiente se precipitaban con increíble rapidez..."

Este encuentro supuso la primera documentación europea sobre el surf, revelando a los occidentales una práctica profundamente arraigada en las costumbres locales. La tradición oral m?'ohi está llena de relatos que detallan el arte de surfear las olas, ya sea sobre tablas, piraguas ligeras o aferrándose a pequeños flotadores de juncos, como practicaban los habitantes de Rapa-nui (Isla de Pascua).

La fabricación de una tabla de surf era un acontecimiento importante en la cultura hawaiana. Se utilizaban dos tipos de tablas: la Olo, reservada a la nobleza y tallada en madera de wiliwili, y la alaia, destinada al pueblo llano y fabricada en madera de Koa. Una serie de rituales, el más importante de los cuales era la bendición conocida como Makahiki, marcaban la consagración de la tabla. Por desgracia, la llegada de los europeos también trajo consigo cambios devastadores: la propagación de enfermedades, la introducción de armas de fuego y las transformaciones sociales provocaron un declive gradual del surf tradicional.

Waikiki, centro neurálgico del surf

A finales del siglo XIX, con la anexión de Hawai por Estados Unidos, la cultura hawaiana sufrió una transformación radical. La población autóctona se redujo enormemente y las tradiciones, incluido el surf, decayeron. Sin embargo, en Waikiki, unos pocos surfistas siguieron practicándolo, atrayendo la atención de los visitantes extranjeros.

El punto de inflexión crucial se produjo con la llegada del escritor Jack London a Hawai en 1907. Al ver surfistas en Waikiki, London reconoció inmediatamente el potencial de la actividad. Describió con entusiasmo sus experiencias en un artículo, despertando un creciente interés por el surf. Ese mismo año, el periodista Alexander Hume Ford y George Freeth, un buen surfista de Waikiki, desempeñaron papeles decisivos en el renacimiento del surf. Ford fundó el Outrigger Canoe & Surf Club para promover el deporte, mientras que Freeth, en California, llevó el surf a un público más amplio con sus demostraciones.

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