Cuentos cortos / D+74 Vendée Globe 2024, ¿en qué punto se encuentran los regatistas? Entre el suspense en el mar y la emoción en Les Sables

© Paul Meilhat #VG2024

Mientras los próximos patrones se preparan para cruzar la línea de meta, la tensión en el mar sigue siendo máxima. Entre el tiempo caprichoso, las averías técnicas y la estrategia de última hora, cada milla es crucial. En Les Sables-d'Olonne, la emoción crece para recibir a estos héroes de los mares en un ambiente frenético.

Martes 21 de enero: Últimos kilómetros en alta tensión

A medida que se acerca el final de la Vendée Globe, los patrones tienen que lidiar con una meteorología imprevisible y unos barcos debilitados por más de dos meses de navegación. Entre bajos agitados, zonas de vientos flojos y averías técnicas, esta fase final de la regata está poniendo a prueba su paciencia y resistencia hasta el límite.

En el grupo de cabeza, Jérémie Beyou (Charal) y sus rivales bordean la costa portuguesa, intentando evitar las trampas de una dorsal de altas presiones en el cabo de Finisterre, sin perder de vista un nuevo sistema de bajas presiones que se aproxima. Sam Goodchild (Vulnerable), víctima de un desgarro en la vela mayor, intenta mantener su posición frente a Paul Meilhat (Biotherm) y Nicolas Lunven (Holcim âeuros PRB), que también tienen que lidiar con daños en el aparejo. A pesar de las condiciones, a veces extremas, los navegantes siguen concentrados en su objetivo final: llegar a Les Sables-d'Olonne, incluso si eso significa sacrificar velocidad para salvar a su corcel.

Detrás de ellos, la batalla continúa en los Doldrums, donde Alan Roura (Hublot) y Jean Le Cam intentan una estrategia más al este para aprovechar los vientos alisios. Mientras tanto, Benjamin Dutreux (Guyot Environnement âeuros Water Family) se bate con Clarisse Crémer (Banque Populaire), en un feroz enfrentamiento en el que cada milla ganada es una victoria sobre su adversario y los elementos.

El viento caprichoso y los modelos meteorológicos inciertos hacen que cualquier previsión sea arriesgada, con las ETA en constante fluctuación. Para Paul Meilhat y muchos otros, la cautela sigue estando a la orden del día frente a la mar gruesa y el tiempo impredecible. Cada patrón tiene que hacer malabarismos entre las reparaciones y la navegación, con la esperanza de cruzar la línea de meta antes de que otra tormenta vuelva a barajar las cartas por última vez.

© Isabelle Joschke #VG2024
isabelle Joschke #VG2024

Miércoles 22 de enero : La meta, una línea que retrocede constantemente

A medida que la línea de llegada de la Vendée Globe parece acercarse, los patrones se enfrentan a una realidad frustrante: cada milla que recorren revela nuevos obstáculos, que retrasan constantemente su tiempo estimado de llegada. Entre zonas de calma, vendavales inesperados y cansancio acumulado, este final de regata es como una subida interminable, en la que a cada avance le sigue un nuevo desafío.

En el grupo de cabeza, Jérémie Beyou (Charal) y Boris Herrmann (Malizia âeuros Seaexplorer) luchan contra vientos caprichosos frente al cabo Finisterre, navegando con cuidado para no quedar atrapados en las calmas y anticiparse a una temible baja final. Por su parte, Sam Goodchild (Vulnerable) navega a contrarreloj para reparar su vela mayor, con la esperanza de mantener un rumbo eficaz a pesar de las limitaciones técnicas.

Clarisse Crémer (L'Occitane en Provence) nos habla de las dificultades psicológicas de esta interminable espera, entre la impaciencia y la necesidad de hacer frente a condiciones meteorológicas imprevistas. Habla de la complejidad de mantener la concentración sin proyectarse prematuramente en la meta, haciendo malabarismos con la incertidumbre constante.

Más al sur, Tanguy Le Turquais (Lazare) y Jean Le Cam (Tout Commence en Finistère âeuros Armor-lux) prosiguen su duelo estratégico, aprovechando la salida de los Doldrums para esperar remontar posiciones en la clasificación. La meteorología sigue siendo incierta y la ruta debe revisarse constantemente, por lo que deben ajustar cada maniobra con precisión para no dejar escapar a sus rivales.

Para todos ellos, este tramo final es la prueba definitiva de resistencia y capacidad de recuperación. A medida que los patrones agotan sus recursos físicos y mentales, la perspectiva de tocar tierra se convierte a la vez en una fuerza motriz y en una prueba. La codiciada línea de meta sigue siendo una frontera móvil, que exige a los navegantes estar alerta y ser tenaces en todo momento.

© Alan Roura #VG2024
alan Roura #VG2024

Jueves 23 de enero : Kilómetros finales bajo presión, Les Sables en ebullición

A medida que se acerca el final de la Vendée Globe para gran parte de la flota, la emoción crece en Les Sables-d'Olonne, preparada para acoger una oleada de llegadas nocturnas y diurnas en un ambiente frenético. Se espera que Jérémie Beyou (Charal) llegue durante la noche, dando inicio a una serie de regresos que continuarán durante todo el fin de semana. Los muelles, ya al rojo vivo con las llegadas de los primeros patrones, prometen otro fervor excepcional para celebrar a estos héroes de los mares.

En el agua, sin embargo, la fiesta aún está lejos. El tramo final en el Golfo de Vizcaya está resultando duro, con un tiempo caprichoso y vientos inestables que ponen a prueba la concentración y la tenacidad de los regatistas hasta el final. Jérémie Beyou tiene que hacer frente a sucesivas trasluchadas y a condiciones cambiantes, por lo que cada decisión es crucial. Detrás de él, Paul Meilhat (Biotherm), Nicolas Lunven (Holcim-PRB) y Thomas Ruyant (Vulnerable) intentan recortar distancias en esta encarnizada batalla, en la que el más mínimo error podría resultar fatal.

Mientras tanto, Sam Davies (Initiatives-CÅur) y Boris Herrmann (Malizia âeuros Seaexplorer) tienen que hacer frente a una fuerte depresión que amenaza con frenar su avance y les obliga a ajustar su estrategia para evitar lo peor.

En la retaguardia de la flota, Denis Van Weynbergh (Grupo D'Ieteren) dobló el Cabo de Hornos, marcando la entrada de todos los competidores en el Atlántico Norte. A pesar de este paso simbólico, el camino que queda por recorrer sigue estando lleno de escollos, y cada patrón aún tiene que recurrir a sus últimas reservas para llegar a la meta.

Mientras que en el mar la tensión es máxima, Les Sables-d'Olonne está a punto de vibrar de nuevo al ritmo de las llegadas, ofreciendo un sorprendente contraste entre la efervescencia de los muelles y la extrema concentración exigida en el mar. El sprint final está en marcha y, hasta la última milla, todo es posible.

© Arnaud Boissières #VG2024
arnaud Boissières #VG2024
Más artículos sobre el tema