En algún punto entre Panamá y las islas Marquesas, tras navegar unas 2.705 millas, la tripulación del Kapa Rico cruzó el ecuador a bordo del catamarán en el que viven desde hace siete años. Un momento simbólico para todos los navegantes, más aún cuando vives en tu barco todo el año, con tu familia.
Una ceremonia tradicional revisitada

Como es costumbre, los "pollywogs" (los que nunca antes habían cruzado la línea) fueron presentados a los dioses del mar en una alegre y creativa presentación. Vestidos con disfraces estrafalarios -fregonas a modo de faldas, paraguas en la cabeza, gafas de gran tamaño y maquillaje-, los miembros de la tripulación se turnaron para hacer sus ofrendas: mensajes al mar, objetos de metal, comida casera y un pájaro tejido con hojas de coco.

Un bautizo tras otro, realizados con grandes cubos de agua salada, antes de recibir sus insignias personalizadas, impresas en 3D a bordo.

Una firma en la línea 0

Pero fue sobre todo la original iniciativa de escribir el nombre del barco en el ecuador utilizando su track GPS lo que hizo que este día fuera único. Multiplicando los cambios de rumbo precisos, el catamarán "dibujó" la palabra "Kapa Rico" en el corazón del Pacífico, añadiendo un corazón como toque final. Un gesto sin precedentes inmortalizado en los mapas de su aplicación de navegación.
Un día inolvidable
Para Sophie, Charly, Amelia y Hervé, fue un día para recordar. Se respetó el rito de paso, se renovó la tradición y una huella muy real de su travesía quedará inscrita en los mapas y en la memoria. Una forma original y poética de celebrar una extraordinaria aventura familiar.