Antes reservados a las grandes embarcaciones, los molinetes se han generalizado en embarcaciones mucho más pequeñas. Sobre todo, los antiguos modelos manuales, que reducían la fuerza del tripulante, han sido sustituidos por molinetes eléctricos. El motor y el engranaje tiran del ancla sin esfuerzo.
Demasiado peso en la parte delantera del barco

La instalación de un molinete añade un peso considerable a la proa de la embarcación. Situado cerca del pozo de anclas, puede desequilibrar el trimado del barco, sobre todo en las embarcaciones más pequeñas. En un yate de 8 ó 9 metros, 10 kg más de peso en la proa pueden hacer que el barco se amontone y cabecee más, algo que hay que tener en cuenta a la hora de instalar el sistema. Para evitar este fenómeno, algunos yates (pero desgraciadamente esto es demasiado raro) instalan el molinete y el pozo de anclas al pie del mástil. Lo mismo ocurre en los multicascos, que son especialmente sensibles a la distribución de la carga.
A título orientativo, a continuación se indican algunos pesos estándar de las cadenas:
- Cadena de 6 mm: 0,8 kg/m (es decir, 24 kg para 30 m)
- Cadena de 8 mm: 1,4 kg/m (es decir, 56 kg para 40 m)
- Cadena de 10 mm: 2,2 kg/m (es decir, 110 kg para 50 m)
- Cadena de 12 mm: 3,2 kg/m (es decir, 256 kg para 80 m)
Anticipar el consumo de energía

Los molinetes eléctricos requieren una alimentación eléctrica constante. Para evitar que se descargue la batería de a bordo, suele ser aconsejable arrancar el motor cuando se utiliza el molinete. El circuito eléctrico puede incluso organizarse de modo que el molinete no funcione si el motor no está en marcha. Esto es especialmente importante en los amarres prolongados, en los que el consumo de energía debe gestionarse cuidadosamente para garantizar la autonomía de la embarcación.
Mantenimiento regular con un coste significativo

Como todos los equipos de a bordo, el molinete requiere un mantenimiento específico para garantizar su buen funcionamiento. Hay que enjuagarlo y engrasarlo con regularidad, y comprobar los componentes mecánicos y eléctricos. Además, el coste inicial de la instalación de un molinete no es desdeñable, ya que los modelos eléctricos básicos cuestan a partir de 800 euros, sin incluir los costes accesorios, como la instalación de baterías adicionales.
Mayor comodidad con una tripulación más reducida

En un yate cuya tripulación suele limitarse a una pareja o una familia, el molinete simplifica enormemente la gestión del ancla. Levantar el ancla a mano puede resultar físico y agotador. El control eléctrico ahorra tiempo y esfuerzo, y facilita la elección del fondeo adecuado.
Elegir el modelo adecuado: ¿horizontal o vertical?

Existen dos tipos principales de molinetes en el mercado:
- Molinete horizontal: más común en los yates de segunda mano, se instala en cubierta, proporcionando acceso directo al motor pero ocupando espacio en cubierta.
- Molinete vertical: preferido en los yates modernos, oculta el motor bajo cubierta, en el pozo de anclas, lo que optimiza el espacio. Sin embargo, requiere un pozo de anclas suficientemente profundo para funcionar correctamente.
Una elección que depende del programa de navegación

La instalación de un molinete puede ser una baza importante para el confort y la seguridad durante la navegación, especialmente para tripulaciones reducidas y navegación habitual en fondeaderos profundos. Sin embargo, su peso, consumo energético y coste deben considerarse de antemano, en función de las necesidades específicas de la embarcación y su programa de navegación.