Una innovación nacida de las regatas oceánicas

Las regatas oceánicas suelen ser un laboratorio para la innovación en la industria náutica. Esta es precisamente la dinámica que dio origen al proyecto Minilab, iniciado por Adrien Marchandise. El patrón, comprometido con un enfoque eco-responsable, apostó por equipar su Mini 6.50 con foils totalmente reciclables. Diseñados para ser a la vez eficaces y respetuosos con el medio ambiente, estos apéndices de nueva generación pretenden reducir el impacto ecológico de la vela de competición.
Con una prueba a escala real, el proyecto pretende demostrar que el rendimiento ecológico no es incompatible con las exigencias de las regatas oceánicas. "Estas pruebas son esenciales para demostrar la fiabilidad de estas nuevas tecnologías y convencer al sector de que deben adoptarse", explica Adrien Marchandise.
Materiales innovadores probados en el mar

Tras las pruebas de laboratorio, las primeras láminas fabricadas con materiales termoplásticos entran ahora en una fase decisiva de validación en el mar. La estructura principal está hecha de materiales reciclables desarrollados por Victrex, mientras que la espuma central es suministrada por Diab. Todo el conjunto ha sido mecanizado por SMM Composites y equipado con sensores electrónicos a bordo suministrados por Pixel sur mer.
El objetivo de los ensayos es evaluar la resistencia mecánica, la deformación y la durabilidad de estos materiales innovadores, expuestos a tensiones extremas en el mar. La plataforma técnica ComposiTIC y el IRMA (Institut Régional des Matériaux Avancés) han desempeñado un papel clave en el desarrollo de estos materiales y en la validación previa de sus propiedades en laboratorio.
Se espera una demostración durante la Mini Transat 2025
La Mini Transat 2025, que comenzará el 21 de septiembre, será la prueba definitiva. Esta regata transatlántica en solitario de 4.000 millas, entre Les Sables-d'Olonne y Guadalupe, someterá a los foils a un esfuerzo continuo en diversas condiciones meteorológicas. Será una oportunidad para validar definitivamente su robustez, comportamiento dinámico y eficiencia a largo plazo.
La elección de este evento no es baladí: la Mini Transat, laboratorio de las regatas oceánicas, es célebre por su alto nivel y su capacidad para revelar las innovaciones más audaces.
Un enfoque abierto y colaborativo

Minilab se basa en un modelo de colaboración entre la investigación pública, la industria y el sector náutico. Apoyado por Carnot MICA a través del programa Drift 1, este proyecto moviliza un amplio abanico de competencias, desde el diseño de materiales hasta su aplicación e instrumentación a bordo. El objetivo es acelerar la comercialización de tecnologías sostenibles mediante la puesta en común de conocimientos.
Además de la náutica, los resultados previstos podrían interesar a otros sectores industriales, como el aeronáutico y el naval, que buscan materiales reciclables y procesos más ligeros.
Una ambición para toda la industria
Con Minilab, Adrien Marchandise y sus socios pretenden demostrar que la transición ecológica es posible, incluso en un ámbito tan exigente como el de las regatas oceánicas. Este proyecto ilustra cómo la búsqueda de prestaciones puede ir acompañada de una reducción del impacto medioambiental, siempre que los materiales y los procesos se replanteen desde la fase de diseño.
En un momento en que la industria náutica se orienta hacia una mayor sostenibilidad, Minilab podría abrir una nueva vía en la que la innovación tecnológica y la responsabilidad medioambiental vayan de la mano, sin comprometer el rendimiento.