La petulancia y la planificación son incompatibles
Oficialmente, Amedeo alega condiciones meteorológicas desfavorables âeuros vientos flojos, velocidad reducida, un plazo insostenible del 6 de julio âeuros e impedimentos del calendario para justificar su retirada. " Este año es un año de transición. No puedo permanecer en el mar tanto tiempo como exige el tiempo" escribió en su comunicado de prensa. Una frase que ha levantado ampollas en el sector.

Aunque no es infrecuente que las calmas perturben los planes de una regata oceánica, son muchos los que recuerdan que un patrón comprometido, incluso en período de formación, tiene que hacer frente a los caprichos del mar. En un momento en que varios IMOCA Open 60 luchan por superar la Fastnet en condiciones ligeras, la retirada de uno de los participantes crea un vacío en la línea de llegada, pero sobre todo una fractura en la imagen colectiva de la regata.
¿Una carrera preparatoria o sólo un escaparate?
El Course des Caps, aunque forma parte del calendario de las IMOCA Globe Series, no se considera una prueba clasificatoria. Sigue siendo una prueba de mitad de temporada, propicia para la navegación costera y la práctica con tripulación. Un terreno de juego serio, pero sin nada decisivo en juego. De ahí la decisión de Fabrice Amedeo de dejar la regata y volver a puerto. Pero, ¿podemos permitirnos renunciar tan pronto con el pretexto de la inercia meteorológica?

Esta decisión marca un giro hacia un enfoque de la regata más basado en el evento, en el que la imagen y la estrategia de comunicación priman sobre el rigor deportivo. Se trata de una evolución preocupante en un momento en el que la clase IMOCA no deja de profesionalizar sus estructuras, con tripulaciones, socios, meteorólogos y fuertes inversiones.
Una decisión que plantea interrogantes tanto a las clases como a los organizadores
La decisión de retirarse de la regata, sin daños ni urgencias médicas, pero debido a una limitación del programa, plantea una cuestión fundamental: ¿la participación en una regata oficial, incluso de entrenamiento, está condicionada por las prioridades personales de un patrón profesional? Y, sobre todo, ¿hasta qué punto pueden tolerarse estas retiradas sin vaciar las regatas de su contenido deportivo? En un momento en el que algunos eventos tienen dificultades para atraer a un campo completo, lo que está en juego va más allá del caso de Fabrice Amedeo.
En los círculos náuticos, recordamos las historias escabrosas, los navegantes solitarios que dudaron pero aguantaron, los que acabaron por honor, incluso a cámara lenta. Esperemos que este incidente se quede en un caso aislado, y que las tripulaciones que asumieron sus compromisos deportivos ofrezcan un gran espectáculo al final de esta primera edición de la Course des Caps.