Una entrevista amistosa entre amigos de la infancia y avezados co-patrones
Antes de zarpar hacia Martinica, el tándem del Ocean Fifty Solidaires en Peloton se tomó un momento para responder a una serie de preguntas a la vez íntimas y desenfadadas. ¿El escenario? La cabina del Ocean Fifty amarrado junto al muelle de Le Havre, el ambiente en la víspera de la salida, entre tensión palpable y risas.

Un barco que también refleja una trayectoria vital
Para Thibaut y Damien, este barco no es sólo un instrumento de regata. Es una prolongación de su historia, un medio de expresión, casi un personaje en sí mismo. Han colocado en él talismanes, recuerdos y símbolos. Un peluche para uno, tortitas para el otro. Objetos sencillos, pero cargados de significado.

Confidencias en tonos medios, entre el humor y la lucidez
Nos enteramos en broma de que Damien navega con los mismos calzoncillos de principio a fin. Que Thibaut sigue soñando con los canales de la Patagonia. Que su ritual es más un guiño que un gran misterio. Que las escalas que no hicieron les impactaron tanto como las que hicieron.
Tecnología, inclusión y memoria colectiva
Los dos navegantes abordan también temas más amplios: el papel central del piloto automático en estos veloces multicascos, el deseo de transmitir valores (inclusión, compartir, aventura), el orgullo de haber aprendido a navegar en Guadalupe, lejos de los circuitos clásicos.

Un equipo unido hasta el final
Lo que llama la atención es su dinámica. No tienen pelos en la lengua, se gastan bromas, pero siempre son muy considerados el uno con el otro. Uno dice que el otro es un gran trabajador, el otro lo describe como un marinero con talento. Y funciona, porque este tipo de complicidad no se construye con prisas.
Ver el vídeo es subir a bordo con ellos unos minutos antes de la travesía.
Un momento único, capturado en el lugar adecuado en el momento adecuado, en el que dos marineros experimentados se quitan las máscaras para compartir lo que les hace vibrar. Véalo en Bateaux.com.

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