Edición especial / Repotenciación eléctrica e híbrida: las dos soluciones marinas de Transfluid

Entre la propulsión totalmente eléctrica y los sistemas híbridos paralelos, Transfluid ofrece dos configuraciones que se adaptan a las necesidades de los yates actuales. He aquí un resumen técnico de estos dos enfoques.

Ante la creciente popularidad de la propulsión sin emisiones de carbono, cada vez son más los propietarios de embarcaciones que se plantean la cuestión de repotenciar su velero o lancha rápida. Transfluid ofrece dos soluciones técnicas distintas: híbrido paralelo y totalmente eléctrico. Cada una corresponde a un uso, un programa de navegación y un tipo de embarcación específicos. He aquí las principales características de estas dos configuraciones.

Híbrido en paralelo: mantiene la potencia térmica mientras accede al modo eléctrico

La cale d'Amelia avec sa motorisation hybrid parallèle
La bodega de Amelia con su motor híbrido paralelo

El híbrido paralelo consiste en insertar una "cadena eléctrica" entre el motor diésel existente y el inversor. De este modo se conserva la autonomía y la potencia del motor de combustión interna, al tiempo que se añade la posibilidad de circular a baja velocidad sin ruido ni gases de escape. Esta configuración es especialmente adecuada cuando se desea mantener el rendimiento del motor. Para los veleros, también permite la regeneración a vela: la hélice gira como una turbina mareomotriz y recarga las baterías.

Completamente eléctrico: un motor más ligero y silencioso

Le moteur électrique de l'Oceanis 411
El motor eléctrico del Oceanis 411

Los coches totalmente eléctricos prescinden del motor diésel y sus circuitos asociados (que ocupan mucho espacio y peso). Se instala un motor eléctrico más ligero y compacto, junto con un paquete de baterías adecuado a la autonomía requerida. Esta solución es adecuada para unidades de tamaño medio utilizadas en tramos de agua cerrados, en navegación costera o fluvial. Libera espacio a bordo y simplifica el mantenimiento. En cambio, exige una gestión estricta de la autonomía.

Opinión: "Amelia", un motovelero de 1938

Este barco de 19,60 m, construido en 1938 en Zcier (60 toneladas), fue reacondicionado en 2025. Su motor original, dos Baudouin de 80 CV, se ha completado con dos módulos híbridos HM2000 de 60 kW cada uno, acoplados a un banco de baterías de 2 x 30,8 kWh. Esta configuración permite entrar y salir del puerto con propulsión eléctrica, conservando la resistencia y autonomía de los motores diésel para los trayectos largos.

El Océanis 411 Clipper con propulsión 100% eléctrica

En este yate de crucero de 41 pies (Oceanis 411), el motor diésel ha sido sustituido por un motor eléctrico Bellmarine de 20 kW, alimentado por 20 kWh de baterías de litio. El resultado es una notable mejora del confort y el silencio. El barco se utiliza para navegación costera en el IJsselmeer (Holanda), con posibilidad de generación de hidrógeno a vela y recarga en el amarre con el cargador de 16 A.

Dos enfoques para un transporte marítimo sin emisiones de carbono

Las soluciones propuestas por Transfluid demuestran que no hay una sola forma de conseguir una propulsión más limpia. Los híbridos permiten una transición gradual, mientras que los totalmente eléctricos están pensados para los proyectos de navegación más sobrios. En ambos casos, el objetivo es aumentar el confort reduciendo al mismo tiempo el impacto medioambiental.

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