Después de un susto en la salida de España - el ancla estaba atascada en una roca - Daniela, Marvin y su nieta Tara, finalmente cruzaron el Golfo de Vizcaya para llegar a Francia. Una navegación de 45 horas - dos noches y dos días - acompañada por los delfines y puntuada por relojes.
Fue en La Rochelle donde la pareja eligió dejar sus maletas para el tan esperado primer puerto de escala francés. Bloqueados por la crisis sanitaria del Coronavirus, tenían tres meses de retraso en su programa, que iba a pasar el verano en Bretaña.
Después de una corta espera para que se abrieran las compuertas de la esclusa, Marvin y Daniela finalmente pudieron llegar al puerto. En el programa, limpiar el barco, lavar, ordenar, pero sobre todo descubrir la ciudad y las tres torres: Torre de San Nicolás, Torre de las Cadenas, Torre de las Linternas.
Una visita deportiva que les permitió familiarizarse con esta gran ciudad marítima que es La Rochelle, pero también acoger (por fin) amigos a bordo. Y gracias a esta bienvenida ayuda en el cuidado de los niños, Marvin y Tara prueban nuevas técnicas de navegación: dejar un amarre en una boya a vela.