¿Por qué subir al mástil de un velero?

Subiendo al mástil de los veleros, ¿por qué?

Las regatas en alta mar, al igual que nuestras actividades recreativas, pueden llevarnos a veces a imitar el acto de equilibrio en lo alto de los mástiles de nuestros barcos. Entonces, ¿por qué nos exponemos a estos riesgos?

La Vendée Globe 2020 mostró muchas subidas al mástil IMOCA. Desde esta edición, para garantizar su seguridad, los competidores debían informar a los directores de carrera de su subida al mástil de su barco. Sin duda, esta obligación, transmitida por la comunicación en torno al evento, ha dado más visibilidad de la habitual a lo que, por cierto, sigue siendo excepcional a bordo de un barco.

Monter au mat d'un IMOCA
Subir al mástil de un IMOCA

Sin embargo, hagamos un balance de lo que puede llevar a los competidores o a los modestos navegantes a subir al mástil de un velero.

El famoso J2

Para los competidores en primer lugar, especialmente en la Vendée Globe en sus barcos IMOCA. Estos barcos tienen un foque llamado "J2". Sus reparaciones requieren sistemáticamente subir a lo alto del mástil para bajarlo. En efecto, esta vela tiene la particularidad de sustituir el estay de proa, que une el mástil y el casco del barco, por su estay de grátil. Hablamos de una vela estructural, es decir, que ayuda a sostener el mástil. Por lo tanto, es fácil entender por qué es complicado bajar este J2. Por ello, la mayoría de las acciones que se llevan a cabo se realizan en posición de equilibrio subiendo al mástil.

En los barcos de competición, los carros de la vela mayor se guían por un carril atornillado al mástil. Este raíl está sometido a un enorme esfuerzo (es el que traduce la energía del viento en energía motriz del barco). A veces, como fue el caso de Louis Burton en la edición 2020 de la Vendée Globe, este carril puede salirse. En estos casos, no hay dudas al respecto, ya que se trata de una subida obligatoria.

¿Y los navegantes?

Pasemos ahora a nuestras consideraciones como navegantes.

La comprobación periódica que realizamos en la cabecera para asegurarnos de que no hay nada anormal es un comienzo. Puede ocurrir que mientras navegamos tengamos que subir a hacer reparaciones. Contrariamente a la revisión prevista, estas reparaciones se realizan a menudo durante la navegación, con los movimientos del barco, por lo tanto en condiciones mucho menos seguras. Ese es el objetivo de esta inspección anual, apretar lo que hay que apretar y examinar las conexiones eléctricas.

Electrónica y Electricidad

En lo alto del mástil se encuentran los equipos electrónicos y eléctricos que utilizamos para ver, ser vistos o comunicarnos. La sustitución de las luces de carretera, la reconexión de las antenas (tanto VHF como AIS), la reconexión del radar (aunque suele estar situado un poco más abajo, en las crucetas) o el fallo de una veleta del anemómetro son acciones que debemos realizar mientras se mimetizan los escaladores.

La tête de détection Oscar
La cabecera en Apivia

También es posible que tengas que subir al mástil cuando tengas que pasar una driza (tras una mala maniobra o una rotura).

Preparando la subida

Subida al mástil es una operación peligrosa, que debe ser preparada. El equipamiento adecuado es un requisito previo, así como las comprobaciones habituales que deben realizarse. Lo ideal es ir con una persona que te asegure una segunda driza.

Al comprar

Evidentemente, si hay un momento en el que es imprescindible subirse a bordo, es la compra de un yate de segunda mano. No sería razonable contemplar la compra de un velero cuyo aparejo no ha sido revisado Lo ideal es que lo haga un experto o una empresa que le asegure la calidad del producto.

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