Un par de barcos, ¡no una estructura!
Pero, ¿por qué decimos amarre en pareja? ¿Porque somos dos? No, en absoluto Junto con la quilla, la proa y la popa, las parejas forman el esqueleto del barco. Son, en cierto modo, las costillas y determinan la forma del barco. Es en las cuadernas donde se clava la tablazón del casco.

Así, amarre a una pareja Es poner a las parejas de un barco contra las de otro.
Amarre de 2 barcos juntos
Amarrar en pareja significa amarrar su barco al barco vecino. Lo ideal es que puedas arreglártelas solo. De hecho, la tripulación vecina, a menos que sean amigos que le esperan, puede estar ausente o, peor aún, durmiendo. En cualquier caso, la norma es no pedir nada a la tripulación vecina, aunque esa misma norma implique tener que echar una mano al barco que llega.
Como muchas maniobras, ésta se prepara en función del lugar al que apunta el barco, las corrientes y el viento. El barco objetivo será del mismo tamaño (o mayor) con un francobordo bastante cercano al suyo. Los cabos de amarre deben estar preparados en un lado u otro (al menos uno a proa y otro a popa) y las defensas deben estar colocadas, en número y a la altura adecuada. Al montar el barco, asegúrese de que los mástiles y las crucetas no se toquen entre sí.
¿Por dónde atracar?
La mayoría de las veces los barcos van en la misma dirección. Si son barcos amigos, es más agradable y puedes cambiar de un barco a otro sin ningún inconveniente. Las reglas siguen siendo las mismas, vigilamos los mástiles y las crucetas.
Obsérvese que son las protecciones socavadas pero no rígidas, en amarillo, las que mantienen los barcos paralelos y con la flexibilidad necesaria. Por lo tanto, no es necesario sujetar los puntos, en rojo, que sólo harán crujir los guardabarros. Cuando están bien ajustados, los barcos casi nunca se tocan entre sí.

Por otro lado, si vas a emparejarte con un barco cuya tripulación no conoces, parece mejor ir de cabeza. ¿Y por qué? Ya hemos mencionado las normas de corrección y una de ellas es pasar por delante del mástil del barco vecino para preservar su intimidad. Es mucho más fácil si los barcos están en direcciones opuestas. Se pasa directamente de la bañera a la cubierta de proa del otro barco. El sistema de amarre sigue siendo el mismo y la distancia entre los mástiles se facilita.

Ya está listo para compartir sus escalas en seguridad y convivencia.